Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

 

Yo escribo como me siento, por tener convulsiones.
Siento que todos me rechazan. Que me ignoran por mi enfermedad.
Me suele pasar a diario una cosa muy fea, que es el rechazo de una persona hacia mí.
Yo siento que la persona que me quiere, me quiere por lástima.
Porque hay veces que cuando me siento sola ¿hay alguien conmigo?
Porque está conmigo por lástima. Porque hace como que le importo, pero no es así.
Lo que está pasando conmigo es que el mundo se está acabando a mi alrededor.
La salud pasa a la enfermedad,
La alegría a la tristeza,
y yo he pasado a un futuro de rechazo e ignorancia.
Yo pienso que esto nunca se va a acabar; que estoy en una pesadilla sin fin.
Que mi adolescencia va a acabarse en puras tristezas, en enfermedades, en
un futuro de rechazo.

Yo siento un rechazo por mi primo, muy grande.
Él me dice: “convulsionadora, asmática”.
Asmática porque cree que tengo asma.
Pero yo pienso en él; de porqué una simple enfermedad
que lleva el nombre de convulsiones tiene un significado de
desprecios, rechazos, malos tratos.
No tiene caso que piense en mi futuro,
si de cualquier forma va a ser igual que hasta hoy.

Mayra Alejandra.

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El día que me pegó la convulsión, lo único que yo recuerdo es que me estaba cayendo, pero mis papás dicen que me veían muy mal. Esa noche me dejaron internado, y después me mandaron a la ciudad de Hermosillo para que me examinara un especialista. Recuerdo que me hicieron un estudio en mi cabeza y para ese estudio no debía dormir en toda la noche hasta otro día a las 7:00 de la mañana. Cuando me hicieron el estudio, recuerdo que me pusieron muchos alambritos en la cabeza. Ese estudio me lo estuvieron haciendo cada mes, y después ya lo fueron alargando más. Estuve tomando pastillas; pero también recuerdo, cada vez que tenía cita lo mal que me ponía en los camiones: me mareaba mucho y me sentía muy mal; sufrí mucho junto con mi mamá, que era la que me acompañaba, había veces que también me acompañaba mi papá y mis hermanos.
Estuve en tratamiento 3 años pasados, pero gracias a Dios estoy bien. Ya en abril del año 2001 me dieron de alta, y la última vez que me examinaron fue en abril del 2002.
Pues gracias a Dios, voy bien en la escuela. Primero las pastillas que tomaba me daban mucho sueño, y me quedaba dormido en clase. Pero la maestra ya estaba enterada del problema que tuve y me comprendía.
Pues como les digo, voy bien en la escuela, y juego base ball. He sobresalido mucho en el equipo; hasta ahora llevamos 4 campeonatos ganados. Obtuve un trofeo del jugador más valioso, y en atletismo gané 2 medallas del primero y segundo lugar representando a mi escuela.

David Valeriano. Cananea, Son.

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