El
trastorno del déficit de la atención-hiperactividad
(TDAH), es una entidad clínica compleja en cuyo origen
se ha planteado que pudiera ser netamente biológico (secreción
anormal de neurotrasmisores en el cerebro); sin embargo, solamente
es catalogado como conducta desviada o como enfermedad en situaciones
que están definidas social y culturalmente. La experiencia
acumulada a lo largo de los años, ha mostrado la insuficiencia
de ambos modelos para abordar por sí solos la valoración
y el tratamiento de niños con TDAH. Lo anterior condiciona
que se presenten dificultades en establecer su diagnóstico
y por lo tanto en el tratamiento.
Es importante
señalar que en la actualidad gran cantidad de niños
diagnosticados como TDAH, y medicados, no padecen de dicho transtorno;
con lo cual sólo se están "tratando" los
síntomas y encubriendo las causas reales de tales conductas.
Con relación
al diagnóstico diferencial, debe prestarse atención
a diversos padecimientos que semejan al cuadro clínico
del TDAH; esto es, que el comportamiento del niño sea secundario
a desnutrición en etapas tempranas de la vida, conductas
reactivas, un trastorno específico del desarrollo, retardo
mental, trastorno de conducta, trastorno inespecífico del
aprendizaje, dislexia, sólo por mencionar algunos.
Además
de lo anterior, es importante mencionar que recientemente han
aparecido varias terapias controvertidas que es necesario analizar
en profundidad por lo que remitimos al lector a la fuente de este
resumen; a continuación citamos algunas: primero tenemos
los estimulantes, mismos que han venido utilizándose desde
hace más 50 años, y han recibido abundantes criticas
por sus efectos a corto y largo plazo. Otros medicamentos son
los antidepresivos y antiepilépticos, principalmente. También
se ha propuesto el empleo de medidas dietéticas al eliminar
aditivos y conservadores de los alimentos; la recomendación
de cafeína, megavitaminas y dietas de restricción
de azúcares. Dentro de las terapias basadas en el uso de
tecnología, se ha utilizado la neuroretroalimentación,
entrenamiento visual optométrico, técnica de entrenamiento
cerebelar-vestibular, quinesiología, entrenamiento
de integración
auditiva de Guy Barard, (empleo de música en diferentes frecuencias), y otros
tratamientos alternativos que no cuentan con validación
científica; pero que han deslumbrado al público
por su tecnología sofisticada, al igual que el uso de
fármacos de manera indiscriminada.
Hasta el momento,
consideramos que la forma más adecuada de abordar el
TDAH, es con un enfoque biopsicosocial, que tome en cuenta los
distintos contextos: familiar, escolar y social en los que interactúa
el niño. Una vez definido el diagnóstico, se seleccionará
el tratamiento. Asimismo, llevar a cabo intervenciones en el
hogar y en la escuela con criterios individualizados de asistencia
según se requieran. De igual importancia, es informar
a los involucrados, de modo que se eliminen el misterio y las
atribuciones negativas del trastorno; y el costo oculto en tiempo,
económicos, psicológicos y familiares de las terapias
controvertidas.
Fuente: Campbell A OA, Figueroa D AS. TDAH. Tópicos de controversia en su diagnóstico y tratamiento. Bol Clin HIES 2000;17:49-67