Andrés
es mi hermano, tenía nueve días de nacido cuando le pegó
meningoencefalitis y parálisis infantil, y quedó mal;
no habla pero si entiende todo lo que le dicen. Hace seis meses murió
mi mamá, y yo me lo llevé a vivir conmigo. Yo vivía
con mi suegro pero lo trataban muy mal, lo mismo él como sus
hijos; y sus sobrinos se la llevaban diciéndole “loco”,
y los hijos de los vecinos se la llevaban tirándole pedradas.
Tuve problemas en casa de mi suegro y me tuve que salir de allí.
Ahora vivo en mi casa y estamos viviendo muy a gusto con él,
mi esposo y mis hijos.
¿Qué va
a ser de él cuando yo no esté? ¿quién lo
va a cuidar?. Con mis hermanos no cuento, ni con mi papá. Yo
estoy sola, mi esposo es el que me ayuda con él, aun teniendo
a su papá enfermo y lidiando también con sus hermanos,
que también están enfermos.
Esta
es la historia de todos los días de la niña Virginia Guadalupe.
Todos los días va a la escuela y los niños o niñas
la tratan mal, la hacen a un lado, no la aceptan como es ella. Me dice
que se pone triste, y yo le digo “mi niña no les hagas caso,
algún día tu estarás bien, porque ahorita estás
mal en tus estudios; pero yo comprendo que vas a salir adelante porque
yo, tu mamá, te ayudaré”.
A veces yo me pongo
triste y lloro, y la niña me mira y se pone triste. La niña
no habla con nadie y se queda con la tristeza, eso le hace daño.
Hay unas niñas que la quieren mucho: es la niña Patricia
y sus hermanitos, y unas niñas de la escuela y sus abuelitos.
Pero yo me pongo a pensar,
que algún día ella va a salir adelante y todas las ofensas
quedarán atrás. A mí me duele mucho que no la quieran.
Pero nosotros la vamos a ayudar y ella va a ser una niña normal,
va a salir adelante por su mismo pie. Y su mamá va a estar muy
orgullosa de ella; las ofensas quedarán atrás, y ella
va a estar muy orgullosa porque su mamá la ayudó con sus
citas, terapias, etc. La niña va a ser una niña normal,
ahorita tiene problemas pero la están ayudando. Así pienso
yo, su mamá.