Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

Hace más de un año y medio, me pidió que le escribiera una experiencia en mi vida como madre de un niño con una discapacidad; no he podido hacerlo porque el dolor dentro de mí es tan grande que no me permite escribir algo al respecto. Pero el día de hoy llegó a mis manos este escrito (ver: Cadenas de Apoyo. Bienvenido a Holanda), en el cual está reflejada mi vida al lado de mi querido David, es verdad que el dolor no se quita, puedes vivir muchas alegrías, crecer en tu vida espiritual, hacer tantas cosas por ti y los tuyos, pero ese dolor sigue ahí y no es sólo por mí por quien lo digo sino que a mi esposo le pasa igual.

Ha sido muy fuerte en cada una de las intervenciones quirúrgicas por las que David ha pasado, se lo he encomendado a Dios para que no lo desampare, he estado a su lado, lo he cuidado en cada una de sus enfermedades, he sido madre, enfermera, amiga de juegos y todo lo que él ha necesitado y nunca derramé una lágrima; pero hoy al recibir este sencillo escrito he visto mi vida reflejada en él y he llorado mucho y me doy cuenta que a todos los padres nos pasa igual, pero ese no es ningún consuelo.

Pero aún cuando ese dolor sigue ahí, no me vence y sigo luchando por mi hijo con todo mi amor y mi esfuerzo cada día. (Febrero de 2003)