La gallinita roja
Adaptado por Penryhn W. Coussens
Si queremos participar de la recompensa, también debemos
colaborar en el trabajo.
Érase una vez una gallinita roja que
encontró un grano de trigo.
–¿Quién plantará este trigo? –preguntó.
–Yo no –dijo el perro.
–Yo no –dijo el gato.
–Yo no –dijo el cerdo.
–Yo no –dijo el pavo.
–Entonces lo haré yo –dijo la gallinita roja–
¡Coc, coc!
Y plantó el grano de trigo que no tardó en crecer.
Asomaron
de la tierra las hojas verdes. El sol brilló, cayó
la lluvia y el trigo creció hasta ser alto, fuerte y maduro.
–¿Quién segará este trigo? –preguntó
la gallinita roja.
–Yo no –dijo el perro.
–Yo no –dijo el gato.
–Yo no –dijo el cerdo.
–Yo no –dijo el pavo.
–Entonces lo haré yo –dijo la gallinita roja–
. ¡Coc, coc!
Y segó el trigo.
–¿Quién trillará el trigo? –preguntó
la gallinita roja.
–Yo no –dijo el perro.
–Yo no –dijo el gato.
–Yo no –dijo el cerdo.
–Yo no –dijo el pavo.
–Entonces lo haré yo –dijo la gallinita roja–.
¡Coc, coc!
Y trilló el trigo.
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