Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

 

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El día que me pegó la convulsión, lo único que yo recuerdo es que me estaba cayendo, pero mis papás dicen que me veían muy mal. Esa noche me dejaron internado, y después me mandaron a la ciudad de Hermosillo, para que me examinara un especialista. Recuerdo que me hicieron un estudio en mi cabeza y para ese estudio no debía dormir en toda la noche hasta otro día a las 7:00 de la mañana. Cuando me hicieron el estudio, recuerdo que me pusieron muchos alambritos en la cabeza. Ese estudio me lo estuvieron haciendo cada mes, y después ya lo fueron alargando más. Estuve tomando pastillas; pero también recuerdo, cada vez que tenía cita lo mal que me ponía en los camiones: me mareaba mucho y me sentía muy mal; sufrí mucho junto con mi mamá, que era la que me acompañaba, había veces que también me acompañaba mi papá y mis hermanos.

Estuve en tratamiento 3 años pasados, pero gracias a Dios estoy bien. Ya en abril del año 2001 me dieron de alta, y me van a examinar en abril del 2002, Dios mediante.

Pues gracias a Dios, voy bien en la escuela. Primero las pastillas que tomaba me daban mucho sueño, y me quedaba dormido en clase. Pero la maestra ya estaba enterada del problema que tuve y me comprendía.

Pues como les digo, voy bien en la escuela, y juego base ball. He sobresalido mucho en el equipo; hasta ahora llevamos 4 campeonatos ganados. Obtuve un trofeo del jugador más valioso, y en atletismo gané 2 medallas del primero y segundo lugar representando a mi escuela.

David Valeriano. Cananea, Son.

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Fue el 26 de abril, en el cumpleaños de una prima. Mi hermano estaba jugando en un trampolín y después se bajó y tomó algo helado; después siguió jugando con mis primos, después bajó y empezó a gritar que se estaba quedando inmóvil. Yo pensé que estaba jugando por eso no le creí. Mi hermano le gritó a mi mamá, y ella corrió asustada, porque ella se asusta muy fácil, y le llamó a mi papá. Luego llegó mi papá, y mi hermano estaba tirado convulsionando, todos se asustaron y le hablaron a la ambulancia. Yo no sentí nada más, lo veía tirado, no sabía que le pasaba. Después llegaron por él, y mi mamá se fue con él, y mis tíos fueron con mi papá al hospital, y no me dejaron ir, y me quedé con mis primos.

 
Fuente del dibujo: Pridmore S., McGrath M.
Julia, Mungo, and the earthquake. NY: Magination Press. 1991