Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

Mi mamá se sorprendió ya que ella no sabía el nombre del niño, después del momento de emoción, va con la señora a darle el pésame, y la señora la abraza y le dice, ¿tu niña despertó?, y mi mamá le dijo que sí, y la señora contestó, anoche recé, y le pedí al señor que si la poca luz de vida que le quedaba a mi hijo servía para despertar a la tuya, que se la regalaba. Y sonrió. No es por inculcar alguna religión, pero definitivamente yo sí creo en dios, y sé que esta ahí .

No es por inculcar alguna religión, pero definitivamente yo sí creo en dios, y sé que esta ahí.

Cuando desperté, yo simplemente no recordaba nada, ni siquiera sabía como había empezado, y era prácticamente un bebé, nomás que con 7 años encima, (cumplí años así), recuerdo que desperté y había muchos muñecos y globos alrededor.

Con el tiempo me fueron dando terapia, me enseñaron a caminar poco a poco, y a fortalecer mis piernas, después a correr, y así sucesivamente.

Me molestaba tener que ir a la terapia, y me molestaba más tratar de pararme y no poder hacerlo, porque yo sabia que ya lo había hecho antes. Pero cumplía con mis terapias, porque mi papá me decía, “si haces bien tu terapia, te llevo por una cajita feliz saliendo”, entonces que mejor convencimiento necesita un niño, que ése.

Pasó el tiempo y en mi casa, era muy estresante tratar de decir algo, saber qué es exactamente lo que quiero decir, y no poder hacerlo, hablar como un bebé, y me desesperaba y aventaba las cosas, y mi mamá con toda la paciencia del mundo las levantaba, y le daba tristeza, pero supongo que se imaginaba lo desesperante que puede ser.

Comí Gerber, y use pañal, dormía en una especie de cuna, que era un sillón en realidad pero pegado a la cama de mis papas.

Con el paso del tiempo fui recordando poco a poco momentos, pero yo creí que eran sueños, una vez imaginé a un señor corriendo por unas escaleras y yo con una como esponja en la mano, pero yo en sus brazos, y mi mamá me dijo que ese momento si pasó, el señor era mi papá. Luego soñé a un señor en bata blanca, con mucha loción, ese era el doctor. Y mi tercer sueño fue muchas señoras rezándole a la virgen de Guadalupe, y eso también pasó.

Ahora tengo 20 años, estoy en la carrera de derecho, y soy uno de los mejores promedios, amo el ejercicio, estoy sana, y quede completamente normal después de esta enfermedad. Estoy muy agradecida con todas aquellas personas que pidieron por mi, y con aquellas personas que siempre estuvieron ahí, a mis doctores, mis padres, y a dios.

Aprendí que nunca debemos perder las esperanzas, y que para un niño siempre hay que sonreír, por más difícil que sea la situación, no olvidemos que sienten, y aunque pensemos que no saben que pasa, son más fuertes de lo que creemos porque apenas empiezan a vivir, y siempre, en todo momento, necesitan de la fortaleza de aquellas personas que consideran que son importantes para ellos.

Como final comento que, cuando estaba en el hospiral por un pequeño accidente de mi hermana menor, vi a un señor caminando y le dije a mi mamá: "mamá, a ese señor en alguna parte lo he visto y no sé porqué, se me hace conocido". Y mi mamá respondió: "el fue tu doctor... es el Doctor Campbell". (Ese fue mi último “sueño”) ¡Muchas gracias doctor le debo la vida!. (Enero 2009).