Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

A la memoria de mi padre:
Juan Alberto Figueroa Molina (1930-2002)

        Ser testigo de un proceso de enfermedad, que poco a poco termina con la vida de nuestros seres más cercanos; y aceptar que uno no puede hacer nada más que acompañarle, resulta agobiante, desolador...

        Es tanto el dolor que uno puede experimentar ante este hecho, que es difícil encontrar las palabras que expresen dichos sentimientos. Tal vez por ello, resulte tan doloroso para las personas que pierden a un familiar, escribir su historia, que de cuenta de sus experiencias. Con mayor razón en un contexto donde es poco común o inusual que se expresen y compartan de manera escrita, los sentimientos de tristeza, dolor, desamparo; en fin, de sufrimiento, que conlleva la pérdida de un ser querido.

        No obstante dichas limitaciones, logramos reunir algunas experiencias de personas de nuestra localidad, en las cuales nos narran sus vivencias en torno a este tema de la muerte. La primera de éstas, es la experiencia de una pareja que pierde a su niña (gemela) de días de nacida, a causa de su prematurez, escrita por la madre.La siguiente, es una carta que escribe una señora a su esposo que recientemente se ha suicidado. Otra señora, nos habla de sus sentimientos después de la pérdida de su madre.

        Enseguida, los recuerdos de un niño acerca de su padre que acaba de fallecer. Tres niñas nos hablan acerca de la muerte de sus tíos y sus experiencias en la velación. Otra niña, describe lo que sintió al dormir en la casa de una señora que recién había fallecido. Una niña que escribe su opinión acerca de la cremación de su abuelo.

        Además, como parte de una nueva sección, del personal de salud, un médico nos habla de la muerte de uno de sus pacientitos.

        Por último, un amigo nuestro nos habla sobre sus experiencias en el área de patología, del hospital en el que ha trabajado por 24 años. Lo anterior, sólo representa un acercamiento a este tema tan complejo. Esperamos que estos textos sirvan de inspiración para futuras colaboraciones.

        Nos despedimos con un poema dirigido a las personas que rodean a los afligidos, aquellos quienes han perdido a un ser querido. Fue escrito por Joanetta Hendel en Breavement Magazine, la traducción es nuestra.

A m i g o
No me digas que tú entiendes
No me digas que tú sabes,
No me digas que yo sobreviviré
O cómo yo seguramente creceré.

No me digas que esto es sólo una prueba
Que yo realmente he sido bendecida
Que yo he sido elegida para esta tarea
Aparte de todo el resto.

No vengas a mí con respuestas
Que pueden únicamente venir de mí,
No me digas cómo mi dolor pasará,
Que yo pronto estaré libre.

No te levantes en juicios piadosos
De los límites que yo debo saltar,
¡ No me digas cómo sufrir
Y no me digas cómo llorar !

Mi vida está llena de egoísmo,
Mi dolor es todo lo que yo veo,
Pero, yo te necesito a ti ahora,
Yo necesito tu amor, incondicionalmente.

Acéptame en mis altas y bajas,
Yo necesito a alguien para compartir,
Solamente sostén mi mano y déjame llorar,
Y di, “ mi amigo, yo te cuido “

Los editores:
Dra. Ana Silvia Figueroa D.
Dr. O. A. Campbell A.