Mi hijo no sabe leer, y la maestra lo manda a cuidar el carro. No sabe los números, no sabe…
El niño me decía: “La maestra me mandó a cuidar el carro a mí y al Daniel, y si no quería ir me regañaba”.
Y luego este maestro que tiene, le mandó a comprar una broca para la ferretería; para hacer un hoyo en la pared para poner los libros.
Y yo confío que anda para la escuela; yo le digo que no se ande saliendo de la escuela, ya ve que para las desgracias en un ratito… (Septiembre de 2003)