Gracias por permitirme
sentir el calor de su alma a través de su mirada.
Gracias por esa sensación de libertad, de poder volar sin ataduras,
sentirme liviana, sin peso, sentirme flotar.
Gracias por esa ventana en mi cielo.
Gracias por este cúmulo de sensaciones que hace tanto tiempo
no volvían a mí.
Gracias por preguntar; porque con sus preguntas retomé lo que
hace mucho había dejado en el camino.
Hoy escuché de nuevo a la naturaleza hablar.
Hoy gracias a que me sentía de nuevo yo, pude ayudar a una amiga
que me llamó y que hacía bastante tiempo que no lo hacía,
y pude con todo mi corazón apoyarla y decirle cuanto la quería.
Puedo sentir de nuevo el aire en mi rostro, percibo
la luz del sol y su calor, vuelvo a escuchar el canto de los pájaros
en mi árbol, que cuando lo plantamos le dije a mi esposo que
esperaba que algún día estuviera lleno de pájaros
para escucharlos cantar; hace mucho que tiene pájaros, y fui
tan feliz cuando me sentaba en el portal de mi casa o en la ventana
para escuchar sus trinos muy temprano por la mañana cuando el
sol salía, pero hacía mucho tiempo que no volvía
a vivir esa sensación.
Hoy pude escucharlos de nuevo, hoy sentí mi corazón lleno
de amor, hoy sentí de nuevo cuanto amo la vida, hoy sentí
de nuevo las alas para poder volar.
Martha A.