Por: Dra. Ana Silvia Figueroa D.
"...El que alguien trate mal a sus hijos no depende tanto
de su carácter o temperamento como el hecho de que él
mismo recibió malos tratos en su infancia y no le permitieron
defenderse... Y tendrá que ocurrir lo mismo mientras la
historia de la propia infancia permanezca idealizada."
"...La moral y el cumplimiento del
deber son prótesis que se hacen necesarias cuando falta
algo decisivo. Cuanto más amplia sea la carencia de sentimientos
durante la infancia, mayor tendrá que ser el arsenal de
armas intelectuales y la despensa de prótesis morales.
Ya que la moral y el sentido del deber no son fuentes de energía
ni terreno abonado para el surgimiento de una afectividad genuinamente
humana."
El término que por primera vez se empleó para referirse
al maltrato de los menores fue el de “síndrome del
niño golpeado” ; permaneció en boga hasta que
las limitaciones propias del significado lo permitieron, al describirse
formas no físicas de abuso. Por lo anterior, resultó
imperativo el cambio por el de “síndrome del niño
maltratado”. Considerado una enfermedad social que incluye
toda lesión física o mental infligida a un niño
por los padres, tutores o responsables de su cuidado; como resultado
de descuido, negligencia o premeditación.
El maltrato infantil ha existido desde los albores de la historia
y en todas partes del mundo. Abusar de la condición inerme
del niño se remonta desde el Génesis, como una justificación
para agradar a Dios. En las grandes civilizaciones antiguas el
infanticidio era considerado un medio para eliminar a todos aquellos
pequeños que por desgracia nacían con defectos.
La agresión al niño por el adulto puede ser tan sutil o tan viciosa como la que acontece entre mayores; es tan frecuente que paradójicamente pasa desapercibida y se halla tan enraizada en nuestro modo de ser, que la justificamos.
Causas.-
Las causas de esta agresividad incontrolable del adulto sobre
el pequeño son multifactoriales. Los padres tienen una
visión distorsionada del hijo; lo describen como un niño
que trata de lastimarlos o hacerlos enojar y que no los quiere.
Se ha observado que las expectativas de los padres con respecto
al comportamiento del niño no son apropiadas para la edad
de éste; una frase frecuente de los padres agresores es
la siguiente: "esperé tanto tiempo a que naciera mi
hijo y él me defraudó". Otras de las múltiples
causas son: que la conducta de los padres está determinada
por los patrones conductuales que recibieron en la infancia, el
padre es, en sí mismo también, un niño lesionado
ahora adulto, pero que aún responde a los sucesos dolorosos
de su propio pasado.
En estudios realizados en torno al maltrato infantil, se ha encontrado
lo siguiente:
Características de los niños.- Edad. Prácticamente
todas las edades pediátricas se encuentran involucradas
en el fenómeno de maltrato. Sin embargo, cuando se trata
de maltrato físico los lactantes y los preescolares son
los menores más agredidos; y si ocurre abuso sexual, el
fenómeno es más frecuente en escolares y adolescentes
jóvenes. Sexo.- No hay diferencia sustancial con respecto
al sexo en los casos de menores víctimas de maltrato físico.
No obstante, se nota un franco predominio en niñas cuando
ocurre abuso sexual. Niño especial. Ya sea que se trate
de un niño con un nivel de inteligencia superior, retraso
mental, o bien con alguna discapacidad crónica.
Mecanismos habituales de maltrato físico.- Traumatismos.
Cuando el menor es maltratado físicamente, habitualmente
recibe golpes con la mano, con el pie, es azotado contra la pared
o el suelo, con un cinturón o cualquier objeto que el agresor
tenga a la mano a la hora de perder el control emocional. El niño
también puede ser mordido o agredido con un objeto punzocortante.
Las partes del cuerpo más lesionadas son: cabeza, cara
y cuello; le siguen las extremidades superiores, las inferiores,
el tronco y el abdomen.