Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

Informativa

Maltrato infantil

Por: Dra. Ana Silvia Figueroa D.

"...El que alguien trate mal a sus hijos no depende tanto de su carácter o temperamento como el hecho de que él mismo recibió malos tratos en su infancia y no le permitieron defenderse... Y tendrá que ocurrir lo mismo mientras la historia de la propia infancia permanezca idealizada."

Alice Miller. Por tu propio bien.

"...La moral y el cumplimiento del deber son prótesis que se hacen necesarias cuando falta algo decisivo. Cuanto más amplia sea la carencia de sentimientos durante la infancia, mayor tendrá que ser el arsenal de armas intelectuales y la despensa de prótesis morales. Ya que la moral y el sentido del deber no son fuentes de energía ni terreno abonado para el surgimiento de una afectividad genuinamente humana."

(Ibid)


        El término que por primera vez se empleó para referirse al maltrato de los menores fue el de “síndrome del niño golpeado” ; permaneció en boga hasta que las limitaciones propias del significado lo permitieron, al describirse formas no físicas de abuso. Por lo anterior, resultó imperativo el cambio por el de “síndrome del niño maltratado”. Considerado una enfermedad social que incluye toda lesión física o mental infligida a un niño por los padres, tutores o responsables de su cuidado; como resultado de descuido, negligencia o premeditación.

         El maltrato infantil ha existido desde los albores de la historia y en todas partes del mundo. Abusar de la condición inerme del niño se remonta desde el Génesis, como una justificación para agradar a Dios. En las grandes civilizaciones antiguas el infanticidio era considerado un medio para eliminar a todos aquellos pequeños que por desgracia nacían con defectos.

        La agresión al niño por el adulto puede ser tan sutil o tan viciosa como la que acontece entre mayores; es tan frecuente que paradójicamente pasa desapercibida y se halla tan enraizada en nuestro modo de ser, que la justificamos.

Maltrato

        Causas.- Las causas de esta agresividad incontrolable del adulto sobre el pequeño son multifactoriales. Los padres tienen una visión distorsionada del hijo; lo describen como un niño que trata de lastimarlos o hacerlos enojar y que no los quiere. Se ha observado que las expectativas de los padres con respecto al comportamiento del niño no son apropiadas para la edad de éste; una frase frecuente de los padres agresores es la siguiente: "esperé tanto tiempo a que naciera mi hijo y él me defraudó". Otras de las múltiples causas son: que la conducta de los padres está determinada por los patrones conductuales que recibieron en la infancia, el padre es, en sí mismo también, un niño lesionado ahora adulto, pero que aún responde a los sucesos dolorosos de su propio pasado.
        En estudios realizados en torno al maltrato infantil, se ha encontrado lo siguiente:

        Características de los niños.- Edad. Prácticamente todas las edades pediátricas se encuentran involucradas en el fenómeno de maltrato. Sin embargo, cuando se trata de maltrato físico los lactantes y los preescolares son los menores más agredidos; y si ocurre abuso sexual, el fenómeno es más frecuente en escolares y adolescentes jóvenes. Sexo.- No hay diferencia sustancial con respecto al sexo en los casos de menores víctimas de maltrato físico. No obstante, se nota un franco predominio en niñas cuando ocurre abuso sexual. Niño especial. Ya sea que se trate de un niño con un nivel de inteligencia superior, retraso mental, o bien con alguna discapacidad crónica.

        Mecanismos habituales de maltrato físico.- Traumatismos. Cuando el menor es maltratado físicamente, habitualmente recibe golpes con la mano, con el pie, es azotado contra la pared o el suelo, con un cinturón o cualquier objeto que el agresor tenga a la mano a la hora de perder el control emocional. El niño también puede ser mordido o agredido con un objeto punzocortante. Las partes del cuerpo más lesionadas son: cabeza, cara y cuello; le siguen las extremidades superiores, las inferiores, el tronco y el abdomen.