Maestros.- La frase tan repetida de que "la letra con sangre entra" debe ser traducida al principio aceptado por la gente de que el proceso educativo no puede separarse de castigos y que éstos, si son aplicados en aras de la educación, son siempre positivos. El maestro, que por lo general no recibe mayores estímulos, suple su incapacidad de manejo grupal ufanándose de que el castigo es bueno; creyendo que así cumple hace uso desmedido de reglas disciplinarias que aplica arbitrariamente, lesionando la personalidad del alumno. A la vez que, oculta sus propias carencias y frustraciones.
Aun en el terreno en el que se ejerce más censura y autocensura informativa, que es el de los abusos sexuales de maestros con sus alumnos, seguido se filtran, noticias sobre este tema (principalmente en ciudades con gran población). La depravación encuentra caldo de cultivo en las escuelas, por las edades y la indefención de las víctimas ante tales abusos.
Enfoque terapéutico.- Es muy importante la intervención terapéutica en los momentos de crisis; ya que los periodos de estrés de la vida de un niño maltratado son frecuentes, además de que la crisis en la mayoría de los casos es experimentada también por los padres, que al sentirse culpables de haber maltratado a su niño y de no ser capaces de cumplir con las necesidades básicas de éste, entran en un estado de estrés y caos, que debe ser dirigido con la ayuda terapéutica proporcionada por especialistas en dicho problema. La ayuda terapéutica en crisis, pretende restablecer el equilibrio familiar, además de dilucidar trastornos psiquiátricos existentes que contribuyen al maltrato del niño. Aunque la atención al niño es la meta principal, paradójicamente, la intervención terapéutica debe ser enfocada hacia los padres.
El tratamiento debe ser enfocado a un punto primariamente de apoyo, en donde los padres comprendan y se interesen en la ayuda que se les proporcionará. Las primeras sesiones se orientan a dar oportunidad a que los padres descubran otro tipo de relaciones familiares, en las cuales se puedan evaluar, aceptarse a incrementar la autoestima, haciendo que vivan experiencias en unidad familiar para que, de esta manera puedan proveer de los cuidados y manejos adecuados a sus hijos.
Durante dicha intervención es importante considerar lo siguiente: 1. Resolución de conflictos internos mediante una adecuada contribución por parte de los padres. 2. Ayudar a los padres a ser capaces de desarrollar relaciones adecuadas con otras personas, así como también de crear defensas que se utilizarían en caso de estrés. 3. Que los padres sean capaces de ver al niño como una persona individual y no como objeto de su propiedad; alguien con intereses, capacidades y necesidades que son independientes de las necesidades de ellos mismos. 4. Crear la capacidad en los padres de poder demostrar directamente al niño expresiones positivas de afecto, sin esperar que éstas sean correspondidas de inmediato.
Finalmente, la intervención terapéutica debe ser dirigida a los cambios en la relación y patrones de conducta entre un niño maltratado y sus padres.
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