Nunca imaginé o pensé que algún día sería obesa; es más, creo que ni me interesaba. Si bien mi niñez no fue de mi agrado (ya que sufrí burlas de los niños por ser muy alta para mi edad, me apodaban “la jirafa”), la adolescencia fue lo contrario: al salir de la secundaria empecé a aumentar de peso, la gente me decía: “¡que bonita te ves!”, los pretendientes no faltaban, pasa un tiempo y subo mucho, pero mucho de peso (de 51 a 86Kg). La primera burla empieza cuando un amigo de mi novio fue a visitarme porque decía que no creía lo que le habían dicho (se sonrió burlonamente) de que estaba muy gorda. Siempre me gustó traer el “tupé” bien largo tapándome los ojos para sentirme segura; tiempo después terminamos la relación mi novio y yo, en tres meses bajé sin proponérmelo 30Kg de peso (caí en depresión). Duramos separados 5 meses, después continuamos y mantuve mi peso por mucho tiempo en 56Kg.
Al casarme pesaba 60Kg, salí embarazada y subí 22Kg de peso, tuve a mi bebé y bajé a 76Kg; pero a los 4 meses de haber dado a luz salgo embarazada de nueva cuenta y llego a pesar 92Kg. Y de nueva cuenta al dar a luz bajo a 77Kg, pero yo ya me sentía inmensa, y me deprimí muchísimo y ya no me importó nada.
No me gusta salir, tengo que aguantar burlas (gorda y repugnante: nadie te acepta). No me gustan las fotografías, únicamente conservo en las que estoy delgada, las otras las rompo. No me agradan los espejos, no voy al doctor con tal de que no me pese, no acudo al ginecólogo por lo mismo. Hay veces en que me gustaría estar enferma y me internaran para bajar de peso. He probado muchas dietas, al 3er mes no las soporto y me pongo ansiosa.
Cuando estoy a dieta y quiero comer un alimento prohibido, lo mastico y después lo escupo. La ropa para las gordas es horrorosa, y por más que me digan que me acepte no puedo; quizás si hubiera sido gorda desde siempre lo hiciera. Tengo ganas de divertirme, pero mi autoestima es muy baja. Todo mundo te da dietas milagrosas, te critican por ser tan tragona, cuando saludas a una persona que tienes tiempo sin ver, en lugar de decirte ¿cómo estás?, ¿cómo te ha ido? No, siempre te dicen: “¡qué gordita estás!”. En los programas de TV te agraden. Las heroínas, cantantes, etc, siempre son muy delgadas, y esto para mí es discriminación contra la mujer.
Yo no entiendo porque los hombres siempre andan en busca de un supercuerpo; ¿y ellos qué ofrecen? Yo considero que es raro el hombre que llene el requisito del chico guapo: o un hombre tiene cuerpo, pero cara no, o viceversa.
Y los sentimientos de las personas que sufrimos de obesidad ¿dónde quedan? Nos es difícil conseguir empleo, pues miran el cuerpo no las cualidades o capacidades del ser humano. Marzo de 2003