El impacto social de las enfermedades crónicas y discapacidades en la familia.
Dra. Ana Silvia Figueroa D.
Las
familias que tienen un niño con una enfermedad crónica,
o bien con una discapacidad, pueden encontrar una variedad de
obstáculos para obtener apoyo. La cantidad de tiempo y
energía consumida en atender directamente a las necesidades
del niño, y la tendencia de nuestra sociedad a estigmatizar
o excluir a las personas con estas condiciones, son únicamente
dos ejemplos de esos obstáculos.
Muchos estudios
muestran que, las habilidades de las familias para hacer frente
con las discapacidades de sus hijos, están relacionadas
con el nivel de apoyo disponibles a éstas. Por apoyo social
se entiende: la ayuda y asistencia emocional, física, de
información, instrumental y material, proporcionada por
otros, para mantener la salud y el bienestar; promover adaptaciones
de los eventos de la vida, y fomentar el desarrollo de una forma
adaptativa.
Una variedad de
teorías tienen señalado como fundamental, los efectos
positivos del apoyo social. Entre estos, se ha identificado como
una forma de reducir la vulnerabilidad de los estresores internos
y externos. También se ha señalado que, la suficiencia
de apoyo social percibido, tiene más relevancia en la habilidad
de la familia a adaptarse, que la severidad de la discapacidad
del niño; asimismo, del ajuste marital y de la calidad
de la paternidad.
No obstante, el
poseer una enfermedad, desventaja, o deficiencia, impone varias
clases y grados de restricciones en la vida de las personas. El
estigma de tener esta condición, agrega cargas adicionales,
con frecuencia mucho mayores que aquellas causadas por el trastorno
mismo.
Como se define el estigma.
El estigma es
considerado como una "marca de vergüenza o desvalorización".
También como las percepciones negativas y conductuales,
de la gente llamada "normal" a individuos que son diferentes
a éstos. Son atributos no deseables, incongruentes con
nuestro estereotipo de lo que una persona debería ser.
Cuando un extraño está presente ante nosotros, y
muestra un atributo que lo hace diferente de los demás,
lo convierte en alguien menos atractivo. De ese modo dejamos de
verlo como una persona total y corriente para reducirlo a un ser
menospreciado. Un atributo de esa naturaleza es un estigma, en
especial cuando él produce en los demás, a modo
de efecto, un descrédito amplio; a veces también
recibe el nombre de defecto, falla, o desventaja. Esto constituye
una discrepancia especial entre la identidad social virtual y
la real.
Respuesta social a los enfermos.
Así, tenemos
que, los encuentros con enfermos crónicos, e individuos
con alguna discapacidad, causan ansiedad y aprensión; destruyen
el sueño de que la vida es justa. La gente enferma, nos
recuerda nuestra mortalidad y vulnerabilidad; por consiguiente,
la gente "normal" con frecuencia evita el contacto con
dichos individuos.
Cuando un estigma
está presente, la característica desacreditadora
es tan poderosa que eclipsa otros rasgos, y se vuelve el enfoque
de evaluaciones personales. Este rasgo, o diferencia, es bastante
poderoso para romper el reclamo de los otros atributos.
Los
valores de nuestra sociedad, contribuyen a la percepción
de estas condiciones estigmatizantes. Esto es, la cultura dominante
enfatiza cualidades de juventud, belleza, y realización
personal. La historia nos ofrece héroes que son fuertes,
productivos y saludables. La televisión y las revistas
muestran cotidianamente que la perfección física
es la norma, en contra de la cual todos deben ser medidos. Sin
embargo, los valores sociales chocan con la realidad de las personas
que padecen dicha condición.
Una condición
estigmatizante tiene un profundo impacto, tanto en los individuos
afectados como en los considerados normales. Los efectos deben
ser confrontados cuando esas personas se encuentran una a otra.
Las respuestas varían con el particular estigma, y el condicionamiento
pasado de las personas consideradas normales. Desafortunadamente,
esas reacciones son generalmente negativas, ya que el estigma
normalmente identifica a un individuo como desacreditado. Dichas
reacciones generalmente tienden a: desvalorizar, estereotipar
y etiquetar.