Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

        ¡Hola! Yo padezco la enfermedad de vitiligo desde hace 5 años. La primera vez que me noté manchas blancas fue cuando regresé de San Diego, a donde supuestamente me había ido a estudiar. A las dos semanas de estar en esta escuela me regresé a mi casa (La Paz, en donde vivía yo antes),debido a que me puse muy nerviosa. Las manchas que me habían aparecido fueron en dos dedos de las manos y en los párpados. Me vieron varios doctores, pero ninguno me curó. Luego me fui a estudiar a Obregón, y en este lugar me vio otro doctor, el cual me quitó las manchas de los párpados, pero las de las manos fueron más difíciles. Por ciertas razones... ya no volví con él. Luego me vine a estudiar aquí; me casé, y tengo un bebé especial, convulsiona y tiene retraso psicomotor. Desde que nació mi bebé he estado muy tensa, por lo que me han salido más manchas en las manos. Ahora estoy en tratamiento y parece que empieza a dar resultados.

        Mi bebé tiene 10 meses de edad, nació aparentemente sano, pero a los 8 días de nacido empezó a convulsionar. Estuvo en el hospital 3 días, en los cuales se nos practicaron análisis de sangre, y a mi bebé otros más. Y resultó que, a causa de un virus llamado citomegalovirus que yo tuve en el embarazo, le afectó a mi bebé; dañándole varias partes del cerebro con calcificaciones, las cuales le afectarían lo psicomotriz y algunas otras cosas. Él estuvo muy bien con su tratamiento hasta los 4 meses, cuando volvió a convulsionar y volvió a decaer; era un niño casi sin movimientos, sin gestos, pero eso sí, comía muy bien.

        En enero empecé a llevarlo a terapias, y hasta la fecha gracias a Dios, no ha vuelto a convulsionar, y sus movimientos cada vez son más. Ya mueve más sus bracitos, sus manos, sostiene un poco su cabeza, se sonríe al oír nuestra voz, y ya empieza a querer llorar. Todavía le falta fijar su vista, fuerza en sus brazos y hombros para poder sostener mejor su cabeza, y sus piernas las mueve muy poquito.

        Todo esto ha sido muy difícil para nosotros, pero poco a poco, hemos ido aceptando la realidad, ya que primero que nada debemos estar bien nosotros para poder ayudarlo. Se dice muy fácil, pero en realidad es bastante difícil, sobre todo cuando inconscientemente nos hacemos daño al querer compararlo con otros niños de su edad. Nos han recomendado que no lo hagamos, y que mejor lo comparemos con él mismo, y veamos todo lo que él ha podido lograr en este tiempo. Yo en lo personal, lo he estado superando, ya que he logrado estar mucho más tranquila, e ir aceptando a mi bebé tal como es.

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