Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

Una visita escolar...

Dentro de las actividades que realiza trabajo social se encuentran visitas domiciliarias escolares e institucionales; como apoyo para la atención que reciben los menores en una unidad de terapia infantil. Las visitas domiciliarias, son con el fin de observar la dinámica familiar y el nivel socioeconómico donde el menor se desenvuelve; y así poder enriquecer la información del expediente y aportar información para su atención en el área médica y psicológica. Así como concientizar al padre u otro familiar de importancia, del trabajo en equipo: la institución, la familia y la escuela para un mejor resultado en su tratamiento.

Las visitas escolares, se realizan con el objetivo de acercarnos a los maestros, directores o trabajadora social, y enterarlos de la atención que el menor recibe; así como solicitarles su apoyo para el manejo del menor en la escuela; solicitarles algún cambio de turno para el menor que así lo requiera como indicación médica, en su atención.

El día martes 3 de septiembre de 2002, se realizó una visita a una escuela secundaria, con el fin de solicitar un cambio de turno del horario vespertino al matutino por prescripción médica, ya que el hábito de estudio de este niño así lo requería. Pues se trata de un niño que a nivel académico no presenta problemas, tiene un promedio de 9.9. Se le solicitó a la directora de la escuela por medio de una nota del médico.

El día de la visita se entrevistó a la directora de la escuela, quien de una manera déspota y autoritaria, sin ni siquiera leer la nota médica, mencionó que en ese momento no había posibilidad de cambios, que más adelante, ya que la situación se estableciera un poco probablemente se consideraría el caso del alumno. Se le pidió que revisara la copia de la boleta, ya que el niño tiene muy buenas calificaciones y se merece la oportunidad de seguir un turno matutino y así continuar con su hábito de estudio sin que lo anterior le afecte en sus calificaciones. Haciendo alarde de su autoridad, levantó aún más la voz y dijo: “¡No se me confunda, en la tarde debe haber niños excelentes, así como en la mañana. El que el menor tenga buenas calificaciones no le garantiza el turno matutino. Pase a dejar el recado del médico con la secretaria, y dígale a la mamá del niño que se reporte en una semana haber si hay algún vacante”. Se le pidió que leyera la nota para que tuviera más información acerca del caso, su respuesta fue: “No es necesario, así como este niño hay muchos en lista de espera, y mamás que vienen todos los días a solicitar cambios de turno”. Se agradeció “la atención brindada” y pasé con la secretaria a dejar la nota médica.

En mi experiencia de 10 años de trabajo, donde se han realizado algunas visitas escolares, me he encontrado con diferentes caracteres de personas: ya sea directores, maestros y otros trabajadores en el área escolar; algunos de ellos con mucha disposición en apoyar, muy amables y accesibles y que han aportado mucho para que los niños salgan adelante en su problema; ya sea de conducta o aprendizaje, entre otros. En algunos otros casos se han encontrado personas que no están dispuestas a atender, y se niegan a recibir a la trabajadora social. En algunos, han sido colegas, en otros directores o maestros; a veces reciben la información y no apoyan con lo que se les solicita, y en otros escuchan las propuestas pero no actúan. Se les explica la forma de trabajo idónea, que es en equipo con ellos, la familia y nosotros como institución. La aportación de todos es muy importante para un mejor resultado en el tratamiento, pero a veces no desean apoyar.

T.S. Santa