La maestra de biología, de mi hija, le dijo que nomás iba a calentar el mesabanco, y todos sus compañeros se rieron de ella. La maestra los regañó y ella se puso a llorar mucho, no se podía callar, se puso como histérica y no quería ya pasar al salón porque le daba vergüenza.
La niña ya no quiso ir a la escuela porque le daba vergüenza con sus compañeros.
Cuando ella entró el primer día a la escuela, unos niños la tumbaron de la escalera y la niña se raspó toda. Ella tiene dificultades para mover el cuerpo de lado derecho, por su parálisis cerebral.
El maestro asesor de ella platicó con los compañeros, les dijo que la cuidaran porque él no quería que la volvieran a tumbar; y las niñas la cuidaban muy bien para que no la volvieran a tumbar.
Luego vino la trabajadora social a mi casa, para que volviera a la escuela, y ella ya no quiso ir porque se sentía mal por lo que le había pasado con la maestra.
A la fecha, la niña tiene varios meses sin querer volver a la escuela.(Febrero de 2003)