Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

 

Soy madre de 4 niñas a las que quiero mucho: Edileth de 14 años, 9 meses, Nancy Yael de 11 años, Mavy Nallely de 11 años, Anel Aimee de 8 años, 11 meses. Las 4 niñas presentaron crisis convulsivas, dándonos el diagnóstico: Epilepsia. Sin explicarnos el motivo, el porqué las 4 hijas.
Para mí es triste y doloroso escribir estas experiencias tan duras que hemos pasado mis niñas y yo. Terminando por aceptar la voluntad de Dios; he mantenido la esperanza de tener el gusto de ver con salud a mis 4 niñas, primeramente con la ayuda y la bendición que Dios le de al Doctor, y todos sus conocimientos y dedicación.

Nancy Yael de 11 años; cuando tenía 2 años, 8 meses presentó por primera vez. Se le empezaba a entrenar para que dejara de utilizar pañales, el desarrollo de la niña no era al igual que otros niños de su edad; sin considerar tan grande el problema, tomando en cuenta que es un producto gemelar. El día 7 de abril de 1994, la tenía sentada en el entrenador, yo estaba con las obligaciones de casa, cuando sentí el deseo de ir a ver a la niña. Y cuál fue tan grande sorpresa, ahí empezó la angustia, miedo, desesperación, cuando la niña estaba parada, temblando todo su lado izquierdo de todo su cuerpo, en poco tiempo perdió el conocimiento, echó mucha espuma por la boca. Salí a buscar ayuda a la Cruz Roja, inmediatamente decidieron trasladarla al DIF para que la niña recibiera la atención necesaria. Sentí mucho miedo de perder a la niña, en el trayecto de mi casa al DIF. Los socorristas me comunicaron que llegaríamos al IMSS a que prestaran atención a la niña porque no alcanzaría a llegar.

Aún en tratamiento médico, no se lograba controlar las crisis. Apenas pasaron 2 meses cuando se presentó otra fuerte experiencia.

Mavy Nallely de 2 años, 10 meses, estaba desayunando mi pequeña traviesa en compañía de sus 3 hermanas y yo. Era 29 de mayo de 1994, la niña estaba sentada, se levantó a dejar su taza en el lavatrastes, la niña se cayó y de inmediato la levanté; la niña estaba babeando mucho y temblaba fuerte su cuerpo. Salí otra vez corriendo a solicitar la Cruz Roja, no tardó mucho la niña en perder el conocimiento, duró más de 30 minutos inconsciente, cuando volvió, los médicos le llamaban por su nombre y la niña no atendía. Estuve llamándola yo y tardó para conocerme.

El doctor del DIF le indicó un electroencefalograma y el diagnóstico fue: Epilepsia. Indicó el tratamiento, pero tampoco surgió un buen efecto. El 18, el 21 y 22 de junio de 1994 se presentaron nuevamente las crisis convulsivas muy fuertes. Llevé a las 2 pequeñas con el otro doctor, él les indicó otro tratamiento y electroencefalograma a las 2 niñas. Para mi era muy difícil, ya eran 2 niñas con este grave problema, pero tenía que echarle ganas y tenerle dedicación y salir adelante. Aquellas crisis fuertes ya estaban mejorando.

Pasaron 2 años, 2 meses cuando aumentó más y más el miedo, angustia, desesperación.

A Anel Aimee, le faltaban 6 días para cumplir 3 años. Se repitió la historia: era el día 1ero de septiembre de 1996, la niña estaba en casa de mi hermana cuando presentó su primera vez su crisis convulsiva. Fue en todo su cuerpo, perdió el conocimiento. Yo como su mamá tenía una pequeña más con este serio problema, y el doctor una pacientita más a quien prestarle sus atenciones.

Mi esposo y yo, hasta esta fecha, le pedíamos a Dios que no se nos enfermara la niña mayor, que ya estaba bien con las 3 hermanas menores, pero no, mi Dios también a Edith le mandó sus crisis.