Doctor:
Le escribo estas letras para decirle lo que yo
me di cuenta de la enfermedad de la niña: yo la cuidé
hasta la edad de 2 años; mi hija, mamá de la niña
trabajaba. La niña era normal, yo no le notaba nada, de ahí
en adelante empezó a ser hiperactiva y, a como va pasando el
tiempo es peor. Las manchas que le salieron en su carita, fue después,
como a los 3 años. Al principio pensé que podían
ser quemadas, fue cuando la empezaron a traer con el doctor, y luego
le empezaron las convulsiones. Mi hija, mamá de la niña,
es muy nerviosa.
Hace como un mes o más que la medicina no le ayuda, le siguen
dando las convulsiones, y ya que le pasa queda muy asustada, le palpita
muy acelerado el corazón, y se le va el color de la cara.
Doctor, la esperanza está
puesta en Dios y en usted, que la niña se alivie. Y yo tengo
fe que así va a ser.
Atte. Dolores N.
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Yo Ramona, quisiera
expresar lo que siento de mi enfermedad. Pues yo tengo unas bolitas
en los deditos de las manos que me lastiman para hacer cualquier
cosa, como para hacer negocio. Y también tengo en los dedos
de los pies. Hay ocasiones que no me puedo poner zapatos; y luego
en la cara hay veces que no puedo ni salir porque me arden con el
sol y me sale mucha sangre y me dan mucha comezón. Y luego
soy muy nerviosa y muy corajuda; me dicen que es por lo mismo de
la enfermedad. Además soy epiléptica; pues nadie de
mi familia está enferma, pues mis hermanos están muy
buenos de salud, mi mamá también está sana,
mi papá también no tiene ninguna enfermedad, pero
está ciego. Y de mis abuelos pues no sé qué
enfermedad tendrían para que yo padeciera esta enfermedad.
Pues yo pido ayuda, para que
yo pueda estar bien de salud, como otras personas sin pendiente de
que le van a dar las convulsiones. Porque hay veces que yo no salgo,
porque nomás ando en la calle o algún mandado luego
me voy rápido, porque si no me caigo y me golpeo. Si no alcanzo
de donde detenerme me pegan más fuertes.
Yo ya me cansé de tomar medicamento y no valerme por mí
misma.
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Cuando
el Toño tenía 3 meses, a su papá se le cayó
de la hamaca y luego comenzó a convulsionar. Luego lo llevé
al hospital, me lo internaron. Luego cumplió el año,
le siguieron dando convulsiones hasta los 2 años, 3, 4, 5 años
le siguieron y se me empezó a poner muy agresivo. Luego 7,
8, 9, 10 años, le empezaron a salir las verrugas poco a poco,
ya la gente le empezaba a darle miedo; no se acercaba a él.
Como que tenía miedo, como que se les iba a pegar. Luego caminaba
por el centro, luego se paraban las señoras para verlo y yo
se las ponía en frente. Y cuando lo miraban, los niños
lloraban, como que se asustaban y yo me agarraba con las mamás.
Luego le empezaron a salir en el cuello; yo lloraba. En el cuello
le empezaron a salir cuando tenía 12 años más
y hasta la fecha ahí se quedaron. Yo quisiera, y le pido a
mi diosito que me lo alivie por favor.
Ya cuando él cumplió los 15 años ya se puso más
agresivo y me pegaba. Y hasta la fecha, yo duré mucho de arrimada,
para ninguna parte. Yo tengo ganas de salir y venir contenta, él
no puede ir con nosotros para visitar a una familia, porque venimos
y con pleito.