Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

 

El Toño es muy celoso con su hermano; el Manuel lo cuida, él no se avergüenza con él.

El Toño hay veces que se lleva todo el día jugando con un palito. A él le gusta mucho la música, el baile, y come mucho, pero él no sabe cuándo se llena, pero como luego al rato cuando no puede andar, le pega hipo. Donde quiera me corrían por culpa del Toño, y todavía es muy agresivo. Cuando me pega es cuando no le doy algo de lo que él quiere; muchas veces no tengo para comprar lo que él pide. Es muy agresivo con otra gente. Yo no puedo ir a una fiesta porque él me pone en vergüenza.

Él cuando anda de bueno, me ayuda a lavar, y lavar trastes, a recoger papeles; pero cuando se enoja ni quien se arrime a él. Ahorita a mí, que soy su madre, yo ya estoy cansada. Él le ha pegado a mi papá que tiene 84 años, ya está viejo. Yo quiero que me ayude diosito con el Toño. Yo, ahora que él cumplió los 18 años sigue en la misma, pero ustedes saben que para una madre le aguanta todo. Pero ya está más pesado. A mí me entra una desesperación porque no puedo trabajar yo, no lo puedo dejar solo con alguien porque cuando vengo, vengo a hallar quejas. Yo quisiera que se compusiera, yo ya me siento cansada que no puedo salir.


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¡Hola padres!

Primero darle gracias a Dios, porque la niña está muy bien. Aunque no se le quiten las manchas, no importa, porque dentro está bien. Quiero que esté bien y se le quiten las convulsiones. Me acuerdo la vez que lloré porque se había salvado, porque me habían dicho que a la mejor no se lograba, cuando la veía me dolía mi alma. Cuando me dijeron que estaba bien, me llené de alegría, no podía ni hablar. Ahora la veo que va mejorando en la escuela, me han ayudado a salir adelante con ella. Ya empieza a aprender a escribir, a platicarme de ella, de su enfermedad, de que tiene que tomar pastillas para sus convulsiones (ataque no). Ella también le pide a Dios estar bien; me recuerda que se tiene que tomar las medicinas, se ha dejado hacer los estudios, o que le saquen sangre.

No he visto el futuro en ella, eso si no, primero quiero que salga bien de esto. De las manchas noté que ya se le quitaron, pero cuando la saco al sol como que se le van desapareciendo; pero en sus partecitas las manchitas son más fuertes. Batallo con ella porque a veces no puede escribir, o come con la otra mano porque no tiene fuerzas en ese lado, y no hago que agarre con esa mano.

La gente le dice que no parece que esté enferma, que parece una niña normal; y cuando le cuenta a las gentes qué tiene le dice que no parece, que se ve como una niña normal.

Les digo a los padres que atiendan a sus hijos, porque hay muchos padres que no les ayudamos a salir adelante.