Mi hija cuando nació parecía una niña normal. A la edad de 2 años empezó con crisis, desde ése momento cambió nuestras vidas: la mía y la de mi esposo, cuando la mirábamos hasta 6 veces en el día con esas crisis.
Mi hija no sabía jugar, con los niños nomás se peleaba. Se la llevaba arriba de la mesa; o brincando en la cama. Ahora la estoy llevando a una escuela especial; ahí se relaciona con niños y niñas, se entretiene un poco más y habla más. Ahí le enseñan el himno nacional y canciones infantiles, bailables. Ahora le estoy dando unas pastillas que nos cambiaron la vida. Le están cayendo muy bien, y ya no le dan crisis.
Nos sentimos muy felices toda mi familia, ya no verla como la mirábamos: con los ojos vidriosos y aplaudiendo sin razón. Pues ya con esas pastillas (Sabril), ya no le dan las crisis. Ahora el trabajo es corregirle su comportamiento; que aprenda a socializarse con los niños y que así crezca para que sea una persona de bien.
Llevé a la niña al seguro con la
intención de que me dieran las medicinas ya que éstas
me salían muy caras. La vio el doctor y le mandó sacar
una tomografía. Después se la llevó mi esposo
y cuando la vio le dijo que la niña no tenía nada. Pero
antes de eso, le recetó unas pastillas (Diazepam), y me dijo
que se suspendiera las medicinas (Sabril y Tegretol), para que empezara
a tomar ésas. Pero la niña cuando le suspendí
ese medicamento comenzó otra vez a tener crisis.
Fue mi esposo y se lo comentó, y le dijo que le aumentara la
dosis de (Diazepam), así lo hicimos y la niña se puso
muy mal, andaba muy drogada, no se podía parar; y duró
riéndose como 2 horas. Se paraba y se iba para los lados, o
se caía; que la tuvimos que llevar a la Cruz Roja. Para mí
y mi esposo es muy desesperante cuando a la niña le dan las
crisis: Ver como se pone con los ojos vidriosos y empieza a aplaudir
y gritar, y luego cuando le pasa traga saliva.
Virginia fue víctima de violación desde que era una niña, por su padre biológico, no contando con el apoyo de su madre.
Debido a su problema, le dio por andar en las calles con los vagos de la colonia; no sabemos si consumió drogas en ese tiempo. A la edad de 16 años sale embarazada, y a los 4 meses de gestación se le empieza a manifestar la epilepsia. Toma la decisión el médico ginecólogo de practicarle una cesárea y realizar la salpingoclasia. Al mes más o menos de tener a la bebé, trató de suicidarse; la primera vez que trató de suicidarse fue cuando estaba embarazada, ingiriendo cloro para ello. Queriéndose aventar del techo con una varilla recargada a su abdomen; se ha cortado con vidrio las muñecas; tomado medicamentos en varias ocasiones; se ha tirado a los carros; se ha cortado con cuchillo…
Virginia se deprime con frecuencia, a veces es insoportable, principalmente cuando su regla está por venir y sus convulsiones que pueden ser una, dos o tres veces al día; casi siempre se orina. Es demasiado efusiva, habla mucho, sus pasatiempos son: resolver crucigramas, jugar con la baraja al solitario, jugar dominó; le gusta limpiar la casa y lavar.
Ha tenido varios empleos: en un supermercado; realizando censos; vendiendo productos de casa en casa (libros, cepillos, perfumes); en una oficina; en una empacadora de quesos (sufrió un ataque y se quemó la mano, pues se recargó en la plancha caliente).