Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.
“Alabardas” Noviembre 2015
















“Alabardas” Noviembre 2015
Ana Silvia Figueroa-Duarte
Para esta pieza se utilizaron los siguientes materiales: imágenes y textos encontrados e impresos en papel bond y en hojas de té recicladas y tratadas. Cáscaras de huevos pintadas con cera helada, tintas, gesso, pasteles y elementos vintage; sobre un panel de madera, cubierto con fibra de algodón pintada.
          La pieza se inspiró en el último libro de José Saramago Alabardas (2015). Se trata de un texto inconcluso (de sólo tres capítulos), que escribió el autor unos meses antes de su muerte. El libro fue detonado por la duda del autor ante la ausencia de huelgas en fábricas de armas; y la historia de una bomba que no explotó al ser lanzada debido a que fue saboteada y en su interior sólo tenía un papel con la leyenda: "Esta bomba no va a estallar". Seguro de que estaba dando vida a su última obra, quería trasmitir una reflexión profunda en los lectores. Su relevancia, es la idea que nos deja: reflexionar sobre la guerra y la violencia que se ejerce sobre las personas y las sociedades. Sobre la industria de las armas y de la responsabilidad de los individuos frente a la violencia y la destrucción.
          Como señala Arenas Berrio (2015), no pensar la guerra, no cuestionar a los gobiernos y a los comerciantes de armas, ni discutir la guerra se constituye en la mayor perturbación del ser humano. Porque toda guerra está sujeta al tiempo y a los intereses de unos pocos y a las descomunales ganancias económicas de los más ricos y poderosos del mundo: “Las personas ante la guerra no son más que unos parias, desplazados o exiliados”. Donde el mal se hace trivial, banal, tal como cuestiona Fernández (2015): ¿En qué lado habita la responsabilidad?, ¿el empresario que negocia?, ¿el asalariado que colabora?, ¿el estado que permite?, ¿la iglesia que no condena?, ¿el soldado que dispara?, ¿quien escucha la tragedia por radio o el que abre los ojos ante la barbarie de una imagen televisiva y luego cena y duerme con la conciencia tranquila del que no puede, sin haberlo intentado, hacer nada?, ¿Cuándo vamos a caer del engaño que nos aconseja o nos ordena que la orden está para obedecerla incluso cuando el mandato está teñido de sangre? Existe además otro derecho humano: el de objeción y desobediencia, como nos recuerda Gómez Aguilera (2015): “el derecho, o el deber, que posee el ciudadano de no cooperar en actividades que considere erróneas o dañinas”.
          Desde una mirada del conjunto de su obra, el pensamiento político y social de Saramago se apoya en una fuerte carga ética. Una ética de la responsabilidad y del respeto. Donde el propósito último se cifraba en humanizar la vida “no comportarse con los demás como no quisiéramos que los demás se comportaran con nosotros, esto es, evitar la agresión, el dolor, el daño al otro. No dudaba en defender la primacía de la ética sobre la razón porque como él señala en los Cuadernos de Lanzarote: “si la ética no gobierna a la razón, la razón despreciará a la ética”. Rechazaba la primacía, en la práctica, del interés partidario y del individualismo sobre las visiones y acciones solidarias, así como los deberes públicos de equidad, fomento de la tolerancia y rechazo de la corrupción y los abusos de poder. Además de sugerir el reforzamiento democrático de las instituciones y el perfeccionamiento de la administración de justicia, de modo que propiciasen un desarrollo social armónico, instaba a mejorar la salud moral de la sociedad. Incitaba por ello, a una insurrección ética o el regreso a la ética, en un contexto regresivo que, a su juicio, estimulaba la pasividad y la decadencia de los grandes valores, reemplazados por nuevas prioridades egoístas y materiales, inducidas por la sociedad de consumo. Un riesgo contemporáneo, que reclamaría, según su criterio, un exigente rearme moral que contribuyese a desarrollar la condición humana, a cualificar las conductas de los gobernantes y a orientar el buen gobierno en la dirección del bien colectivo (Gómez Aguilera, 2010).

Bibliografía:
Arenas Berrio, Antonio. Alabardas, la novela inconclusa de José Saramago. Revista Cronopio agosto 13, 2015 Edición 62 Cronopio. Fecha de última consulta: 19 de octubre de 2015. http://www.revistacronopio.com/?tag=alabardas-la-novela-inconclusa-de-jose-saramago.
Fernández, Ubaldo. El último aliento de Saramago. Febrero 5, 2015. Fecha de última consulta: 19 de octubre de 2015.
http://ubaldofernandez.pensarte.eu/index.php/mi-cuaderno/48-el-ultimo-aliento-de-saramago.
Gómez Aguilera, Fernando. “Un libro inconcluso, una voluntad consistente”, En Alabardas, 2015. Saramago, José. México: Ed. Alfaguara; 2015.
_______. José Saramago en sus palabras. (Edición y selección de Fernando Gómez Aguilera). Madrid: Ed. Alfaguara; 2010.
Saramago, José. Alabardas. México: Ed. Alfaguara; 2015.