CREANDO ESPACIOS:
“El búho: significados culturales a través del tiempo; adaptaciones, y mercantilización en la actualidad”
Por: Ana Silvia Figueroa-Duarte
Antecedentes
Los búhos aparecieron por primera vez en la Tierra durante el Paleolítico, hace entre 55 y 65 millones de años. Decenas de millones de años más tarde se escindieron en dos familias, los Tytonidae (lechuzas comunes) y los Strigidae (todos los demás búhos).
A semejanza del resto de los pájaros, inicialmente surgieron de un grupo de pequeños velocirraptores, en su mayoría depredadores, que coexistieron con otros dinosaurios más grandes hace 66 millones de años. Todo esto cambió cuando un enorme asteroide chocó contra la Tierra, desencadenando una extinción masiva que acabó con casi todos los grandes dinosaurios terrestres. Unos pocos de los ancestros de los pájaros sobrevivieron, incluidos los precursores de los actuales búhos y de todas las demás especies ornitológicas vivas.
Hoy en día existen unas 260 especies de búhos. Viven en cualquier tipo de hábitat de casi todos los continentes: desde el desierto y los pastizales hasta la selva tropical, las laderas montañosas o la tundra nevada del Ártico. Su tamaño, aspecto y conducta fluctúan mucho: desde el diminuto mochuelo de los saguaros, hasta el enorme búho euroasiático, que puede atrapar a un ciervo; desde el delicado tecolote afilador, hasta el gracioso mochuelo de madriguera, que tiene las patitas delgadas y saluda balanceándose.
Estas aves habitan en casi todos los lugares del planeta, excepto en la Antártida. Son aves de rapiña, porque se alimentan de seres vivos tales como: peces, insectos, ratones, lagartijas y otros animales. Estas aves son nocturnas, y pueden cazar en la oscuridad (1).
En México se tiene documentado 34 especies de búhos, pero a pesar de esta diversidad el conocimiento sobre aspectos ecológicos principalmente de las especies tropicales es escaso y limitado.
La mayoría de las especies de búhos son especies de bosques, por lo que la pérdida de estos ambientes afecta de forma importante su supervivencia. Se ha estimado que México es el segundo país con las mayores tasas de deforestación, lo que influye en la heterogeneidad ambiental y pérdida de vegetación.
En la Norma Oficial Mexicana (NOM-059) se consideran actualmente 18 especies de búhos en alguna categoría de riesgo, la mayoría están amenazadas y tres en peligro de extinción. Las principales amenazas son la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, introducción de otras especies, contaminación por plaguicidas organoclorados, tráfico ilegal, creencias que son de mala suerte, entre otros (2).
El simbolismo del búho en la Antigua Grecia
En la Antigua Grecia, el simbolismo del búho era una manifestación de la importancia que los griegos otorgaban a la sabiduría, la protección y la conexión con lo divino. A través de su asociación con la diosa Atenea y su representación como un animal sabio y protector, el búho se convirtió en un símbolo poderoso y perdurable en esta cultura, dejando una huella profunda en el imaginario colectivo de la época.
En la mitología griega, Atenea era considerada la diosa de la sabiduría y la inteligencia. El búho por su parte, era visto como una animal sabio y astuto, capaz de ver en la oscuridad y de percibir lo que otros no podían. Esta asociación entre el búho y la sabiduría llevó a los griegos a considerar al búho como un símbolo de conocimiento y discernimiento.
Según la leyenda, Atenea eligió al búho como su mascota y protector, y lo colocó en su hombro como símbolo de su sabiduría y su conexión con el mundo espiritual. En los templos de Atenea, se realizaban rituales en honor al búho. Los sacerdotes y sacerdotisas llevaban máscaras de búho y realizaban danzas y ceremonias para honrar a la diosa y su animal sagrado. Estas prácticas religiosas eran consideradas una forma de comunicación con lo divino y de búsqueda de sabiduría y orientación.
El búho también era venerado como mensajero de Atenea. Se creía que el ave transmitía los mensajes de la diosa a los mortales, y que su aparición indicaba la presencia divina y la guía espiritual. Por esta razón los griegos consideraban al búho como un símbolo de protección y buena fortuna.
Además, el búho era frecuentemente representado en monedas, estatuas y otros objetos de arte, como un recordatorio constante de la importancia de la sabiduría y el conocimiento en la sociedad griega. Su imagen se convirtió en un emblema de la inteligencia y la educación, y servía como inspiración para aquellos que buscaban alcanzar la excelencia intelectual.
La asociación entre Atenea y el búho también se reflejaba en la literatura y la poesía griega. En los relatos épicos, se mencionaba a menudo la presencia del búho como presagio de la intervención divina de Atenea en los asuntos humanos. Esta conexión entre la diosa y el búho fortaleció aún más el simbolismo de esta ave en la Antigua Grecia.
El búho desempeñó un papel fundamental en la cultura y sociedad griega. Su simbolismo como representación de la sabiduría, la conexión con lo divino y la protección espiritual lo convirtió en un animal sagrado ampliamente venerado. Su legado perdura hasta nuestros días, recordándonos la importancia de la búsqueda de conocimiento y la conexión con lo divino en nuestras vidas (3).
El simbolismo del búho en otras culturas
Por otro lado, en muchas culturas, los búhos son considerados mitad pájaros, mitad espíritus, un cruce entre lo real y lo etéreo; símbolos del conocimiento y la sabiduría; en otras, portadores de infortunios: enfermedades y muerte.
En las culturas del este de África creían que los búhos traían enfermedades a los niños, y muchas personas en Nigeria creen que los búhos están poseídos por brujas.
En el antiguo folclore de la India, aparecen como símbolos de la sabiduría y de la profecía. Lo mismo ocurre entre los indios navajos. Los nativos americanos atribuyen a los búhos la sabiduría y el conocimiento sagrado; cuentan algunas historias en que el chamán solía pedirle la manera de conocer a fondo las malas intenciones; mientras que los indios del llano llevaban plumas de búho para protegerse contra los malos espíritus.
El mito navajo de Nayenezgani, el Creador, recuerda a la gente que tiene que escuchar la voz del búho profeta si quiere conocer su futuro. Y, en muchas culturas nativas americanas, los adultos advertían a sus hijos de que, si no se quedaban en casa por la noche y se portaban bien, un búho podría llevárselos.
Por su parte, los aztecas consideraban a los búhos como símbolo del inframundo, y para los mayas eran los mensajeros del Xibalbá (´el lugar del espanto´). En México existe un viejo dicho: “Cuando el tecolote canta, el indio muere”: para los aztecas y los mayas, el búho era un presagio de muerte y un símbolo de destrucción. De hecho, si un azteca oía un búho sobre su casa o en un árbol cercano, creía que alguien iba a morir pronto (4).
Una posible explicación a lo anterior, la sugiere Jonathan Haw, quien dirige un proyecto educativo sobre los búhos en Sudáfrica, reflexiona formulando que quizá se haya relacionado a los búhos con una muerte inminente debido a nuestros propios ritmos circadianos. Episodios como un derrame cerebral, un infarto o una muerte súbita cardíaca se producen casi siempre en las últimas horas de la noche. Basándose en la investigación, sugiere que de tres a cuatro de la madrugada es cuando luchamos por mantener nuestra temperatura corporal y cuando la adrenalina y las hormonas antiinflamatorias están en su punto más bajo, lo que provoca el estrechamiento de las vías respiratorias (1).
Además, continua Haw, en las zonas rurales sin hospitales y donde mucha gente fallece en casa, esa suele ser generalmente la hora que morimos, justo antes del amanecer- -. Y a esa hora hay más probabilidades de que la gente vea un búho posado en el tejado o escuche su llamada en la oscuridad. Dice:
“A lo mejor el búho lleva una eternidad en el tejado buscando ratas, pero de repente la gente asocia unas cosas con otras y saca este tipo de conclusiones” (pp:293-4).
Por su parte, Felice Wyndham etnoecóloga, argumenta que nuestra especie ha encontrado un significado en la presencia de las aves desde siempre, desde que empezamos a ser humanos. En todo el mundo y a través de todas las épocas, la gente ha considerado a los pájaros como mensajeros y como señales de algo. Nos inclinamos hacia los augurios o los presagios. Siempre estamos buscando indicios de lo que está por venir; somos muy dados a las predicciones y las premoniciones, y recurrimos al mundo natural en busca de signos. Esto parece ser un universal humano (1).
Por otro lado, en Sudamérica, el búho es mencionado en diferentes mitos, tanto de forma positiva como negativa. Se dice que los chamacoco, del sur de Brasil y Paraguay, recibieron fuego del "héroe cultural" que tiene la forma de un halcón, quien a su vez lo recibió directamente del búho. En la zona sur de América del Sur, conocida como el Gran Chaco, en Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina, algunas personas reportan que el búho es un presagio de malas noticias que dice: "¡Cuidado! Traigo espíritus para hacerte daño".
También se informa que los yagán del sur de Chile creen que el canto del búho podría significar un asesinato o que alguien pueda morir. Por otro lado, los aymaras de los Andes de Bolivia, Perú y Chile describen un efecto curativo para el dolor de oído al quemar plumas de búho. Los chebero, del alto río Amazonas, creían que los curanderos eran entrenados por un búho (4).
Lo anterior muestra, dice Gail Buhl especialista entrenadora de búhos, la tendencia de los humanos a contemplar a los búhos como la imagen que nos devuelve el espejo de nosotros mismos, como un símbolo y un reflejo de nuestras creencias, está firmemente arraigada desde hace muchísimo tiempo, tal vez desde los inicios de nuestra especie (1).
Asimismo, Jennifer Ackerman escritora y naturalista, autora de La Sabiduría de los Búhos, señala que hay regiones del mundo donde se considera que los búhos son malvados o que traen malos presagios, que no es difícil entender, basta echar un vistazo a la lechuza blanca, con su aspecto fantasmal y sus llamadas nocturnas que parecen lamentos. Y, además, a menudo viven en edificios abandonados o en cementerios. No es del todo sorprendente que la gente los haya asociado con espíritus o demonios (5).
Explica que tal vez sea su inquietante ulular nocturno o su vuelo silencioso antes de atacar a su presa lo que hace que estas aves sean objeto de muchas historias y leyendas espeluznantes.
Interpretaciones sobre los búhos
En muchas partes del mundo, señala Wyndham, los búhos eran- y todavía son- contemplados como mensajeros que traen noticias de este mundo o de otros mundos, del pasado o del futuro. Indica que estos criterios sobre los búhos como signos naturales pueden parecer un tanto extravagantes, pero a menudo se basan en observaciones reales de la historia natural. En muchos casos, la “interpretación” de los búhos guarda relación con una sofisticada concepción de las relaciones ecológicas, y los pájaros pueden estar suministrando perfectamente información sobre el entorno (1).
Argumenta que la omnipresencia de los búhos como signos puede tener algo que ver con su presencia en casi todos los continentes: Es su semblante parecido al de los humanos lo que convierte a los búhos en símbolos tan potentes, así como todos esos rasgos tan suyos, que son como una caja de sorpresas: su naturaleza nocturna; su extraño cuello giratorio, que a algunas personas les parece profundamente inquietante; sus peculiares voces en medio de la noche; y sus poderes sensoriales, que van más allá de las capacidades humanas (1).
Por su parte, Ackerman señala que más allá de las supersticiones se trata de aves con una extraordinaria capacidad de adaptación, que han colonizado los ecosistemas más diversos y desarrollado estrategias de depredación que parecen producto de la fantasía. Existen búhos diminutos, del tamaño de un petirrojo, y búhos gigantes, capaces de elevar grandes presas entre sus garras. Búhos que viven en madrigueras y búhos que viven en acantilados. Y todos conservan la asombrosa capacidad de mimetizarse con el entorno y observar sin ser observados (5).
Adaptaciones del búho
Una de las razones por las que los búhos parecen astutos y desconfiados es porque tienen adaptaciones especializadas que los convierten en hábiles cazadores nocturnos.
● Vuelo silencioso: las plumas de vuelo primarias de muchas especies de búhos tienen bordes dentados que disipan el aire y reducen las turbulencias. Menos turbulencias dan como resultado un vuelo silencioso.
● Audición aguda: la cara circular de un búho tiene forma de disco satélite. Tiene plumas rígidas en el borde de la gorguera para canalizar el sonido directamente a los orificios de las orejas. Tienen músculos especiales para alterar la forma de su disco y canalizar los sonidos. Los orificios de sus orejas están ocultos por plumas y son asimétricos. Esto permite al pájaro identificar la fuente del sonido. En determinadas frecuencias, el oído de un búho es 10 veces mejor que el nuestro.
● Cerebro: la médula oblongada es la parte del cerebro asociada con la audición. Es mucho más complejo en los búhos que en otras aves. La médula del búho le permite calcular una triangulación de la ubicación de su presa.
● Pico: el pico de la mayoría de las aves se extiende más lejos de su cara. Pero el pico del búho maximiza la recepción del sonido. El pico apunta hacia abajo y aumenta la superficie para la recolección de ondas sonoras.
● Mechones de orejas: algunas especies de búhos parecen tener orejas de gato en la parte superior de la cabeza. No son orejas, sino mechones de plumas que se utilizan para expresar su estado de ánimo.
● Patas: El búho puede girar uno de los dedos hacia atrás. Cuando captura a su presa, dos dedos miran hacia adelante y dos hacia atrás. Esto le da al búho un mejor agarre. Las patas aprietan a la presa hasta matarla.
● Ojos: Como todas las aves rapaces, los ojos del búho miran al frente. Esto les proporciona una visión binocular que proporciona una percepción de profundidad. Sus ojos son enormes y tienen "brillo de ojos". Una capa de tejido detrás de la retina refleja la luz visible y le otorga una visión nocturna superior.
La capacidad de los búhos para volar silenciosamente y cazar de noche les ha dado una reputación negativa en muchas culturas. Sin embargo, como la mayoría de los animales que tienen supersticiones a su alrededor, aprender sobre sus adaptaciones y habilidades convierte el miedo en respeto (6).
El búho como especie destacable
La mayoría de los búhos comparten una serie de rasgos destacables que los distingue de otros pájaros y les proporciona una habilidad para cazar de noche, como retinas ricas en células que otorgan una buena visión con poca luz, un oído extraordinario y unas plumas suaves y camufladas que se adaptan al vuelo silencioso. De las aproximadamente 11 mil especies de aves que viven hoy, solo el 3% tiene esa clase de adaptaciones que permiten acechar a la presa en la oscuridad.
La mayor parte de los búhos son criaturas nocturnas que se mueven sin ser vistas; solo se las descubre por sus peculiares chillidos y ululatos. Su vuelo es silencioso y aterciopelado, y sus aptitudes cinegéticas, a menudo desplegadas en la noche cerrada, inspiran un respeto reverencial.
Por ello, se considera a los búhos como los pájaros más enigmáticos del mundo. Son silenciosos, cautelosos, reservados y, a menudo, esquivos. Son unos auténticos maestros del camuflaje: veteados como la hierba, moteados, jaspeados y rayados como la corteza de un árbol, pálidos como la nieve…, confunden tanto a los depredadores como a las presas. Adoptan el aspecto del paisaje que los rodea para fundirse con él, una estrategia conocida como ´cripsis´ (1).
A las y los investigadores de estas aves les resulta difícil de encontrarlas, porque viven en áreas muy remotas y están activas en el periodo en el que para ellas/ellos es más complicado moverse, que es la noche. Ahí es donde algunas de las nuevas tecnologías y herramientas están apoyando: tienen drones para localizarlos en lugares inaccesibles, cámaras web que pueden instalar en nidos y los siguen 24 horas o transistores vía satélite para seguir sus movimientos de un lugar a otro. Esto les está ayudando a obtener información que de otra manera habría sido casi imposible (1).
El impacto del cambio climático
Estudios realizados durante varias décadas con los búhos chicos, los mochuelos de madriguera, los búhos nivales y los cárabos comunes revelan cómo están reaccionando los búhos ante la pérdida del hábitat y el cambio climático, indicándoles así las posibilidades de conservación no solo de los búhos, sino también del ecosistema en su conjunto.
Los científicos solo han empezado a contemplar el impacto que el cambio climático inducido por los humanos ejerce sobre los búhos. La variación de las temperaturas puede hacer que no coincida la disponibilidad de las presas con la época de la crianza y las necesidades de los polluelos. Los búhos migratorios pueden ser particularmente vulnerables, pues sus desplazamientos están programados para coincidir con la aparición de los insectos y otros episodios del ecosistema que se ven afectados por la temperatura.
La sequía prolongada puede causar arriesgados retrasos en la nidificación de algunas especies por ejemplo los mochuelos de madriguera. El cambio climático puede alterar radicalmente el hábitat y cambiar las áreas de distribución de los búhos y sus presas. Los científicos creen que, a lo largo de este siglo, los bosques de álamos pueden incluso desaparecer en muchas partes de Norteamérica y junto con ellos las cavidades de las que tantos búhos dependen para anidar (1).
David Johnson (1), uno de los principales expertos en búhos del mundo, señala:
“Comienza la cuenta atrás para la existencia de los búhos, estas aves están desapareciendo día tras día, y es casi seguro que los cambios en los bosques, los pastizales y la tundra se están produciendo demasiado rápido como para que los búhos puedan adaptarse a ellos”. (p.328)
De acuerdo con Karla Bloem directora del International Owl Center, se puede decir que los humanos constituyen el mayor problema para los búhos de todo el mundo. La urgencia por explotar la tierra para la agricultura, la edificación de viviendas y la industria están destruyendo los pocos refugios que les quedan a los búhos. Y en algunas partes del mundo, los búhos aún siguen siendo activamente perseguidos o cazados o capturados y matados por lo que simbolizan (1).
Por otra parte, Ackerman refiere:
“Creo que el mundo sería un lugar mucho más pobre. Realmente le dan magia y misterio al paisaje y a la vez están presentes en las historias de muchísimas culturas. Los búhos tienen un enorme valor simbólico para los humanos, aparecen en nuestro arte y en nuestros objetos, ocupan un lugar tan importante en nuestra imaginación que no puedo pensar en un mundo sin ellos. Juegan un papel muy importante en muchos lugares, incluidas las ciudades, donde eliminan a los roedores. Y para los agricultores son una gran ventaja, porque los ratones se comen el grano, así que tienen un gran valor económico, además del valor ecológico y sus beneficios para la salud pública”. (5).
Por otro lado, en México el mercado ilegal de especies silvestres es uno de los principales factores que contribuyen a la declinación de poblaciones de especies. Se ha considerado dentro de los diez principales países que realizan este tipo de comercio ilegal. En el caso de las especies de búhos se encuentran Bubo virginianus, Strix virgata, Athene cunicularia, Glaucidium gnoma y Micrathenewhitneyi. También se han reportado tecolotes pequeños del género Megascops (2).
Por estas creencias, mitos o supersticiones los búhos o tecolotes son sacrificados. Esta cacería clandestina también se asocia por considerarlos causantes de daños domésticos al consumir en ocasiones animales de corral por ser un recurso de fácil acceso. Otro motivo para matarlos incluye probar tiro al blanco con resortera o rifle.
Otras amenazas evidentes, pero sin cuantificar, son las muertes en carreteras por colisiones con automóviles, en cables de alta tensión o en cercos con púas donde quedan atrapados y mueren. Así como factores naturales como tormentas tropicales. Huracanes o incendios forestales (provocados o inducidos) que modifican sustancialmente la estructura de la vegetación (2).
El efecto de la mercantilización
Ackerman señala que, por desgracia, mucha gente en todo el mundo empezó a tener interés en tener búhos como mascotas lo que considera una pésima idea. Porque son criaturas salvajes que necesitan estar en libertad y lo que pasó con los libros de Harry Potter es que el interés no solo creció en Reino Unido, sino en lugares como Indonesia y en general en el sudeste asiático, donde tienen mercados de pájaros y les gusta tenerlos como mascotas. De pronto se volvieron muy populares y esto dio muchos problemas, porque es muy difícil cuidar de ellos, hay que darles comida cruda como ratones, son muy ruidosos por la noche y muy caóticos. En general, no son las mejores mascotas (5).
En este mismo sentido, dice Erikson (1):
“¡No se les ocurra tener un búho como mascota! Son unos pájaros salvajes que deben vivir una vida salvaje. Metidos en jaulas, sencillamente no pueden hacer todas las cosas para las que fue diseñado su cuerpo y que necesita su espíritu. Además, es muy duro cuidar de ellos. Comen roedores u otros animales enteros que tienen que estar frescos, y sus excrementos son feos y malolientes, lo que requiere una limpieza frecuente”. Exigen muchísimo esfuerzo y una forma distinta de la habitual” (p.254)
Sin embargo, eso no ha evitado que la gente lo intente. Tanto los libros como las películas desencadenaron un enorme interés y, en algunas partes del mundo, impulsaron el negocio del búho como animal de compañía.
Desde el éxito de Harry Potter, hubo tanta gente que compró búhos en el Reino Unido- solo para abandonarlos después de darse cuenta del coste y la dificultad que supone cuidar de ellos- que se abrió un refugio de animales para adoptar a los pájaros no deseados.
En el pasado los búhos –conocidos como burungu hantu (´pájaros del espíritu´)- no eran muy demandados, pero tras la publicación de los libros de Harry Potter en Indonesia a principios de la década de 2000, su popularidad aumentó muchísimo. En la década de 1980, en un mercado se vendían 150,000 aves de 65 especies, pero ni un solo búho. Hoy en día los mercados venden cientos de búhos, ahora llamados ´burungu Harry Potter´.
En los mercados más grandes de pájaros de Yakarta y Bandung en cualquier época del año se venden hasta 60 tipos de búhos, entre los que figuran los autillos o tecolotes, las lechuzas comunes, las lechuzas cornudas, los búhos reales y los búhos pescadores.
Japón es el mayor importador mundial de búhos, lo que supone más del 90% de las importaciones de estos pájaros. Esto puede guardar relación con la kawaii, la moda japonesa, ´cultura de lo tierno´ que recientemente ha incorporado a los búhos por sus grandes ojos y otras características faciales similares a las humanas. Especies que van desde los tecolotes o los autillos cariblancos hasta los búhos americanos son frecuentemente exhibidas en los ´cafés para búhos´, sucesores de los cafés para gatos, tan de moda en este país (1).
Proyectos educativos
No obstante, en todo el mundo se están haciendo esfuerzos para mitigar los desastres: para desacelerar la deforestación y el desarrollo, para eliminar o reducir el uso de raticidas y otros venenos, para erradicar las especies invasoras y para construir cajas nido allá donde han desaparecido los árboles que en otro tiempo ofrecían a los búhos cavidades y oquedades en las que anidar.
Asimismo, existen programas en marcha en varios lugares del mundo para enseñar a los niños que los búhos son aves muy importantes para el ecosistema, con efectos beneficiosos para nuestras vidas. Y los niños son muy receptivos, enseñando a su vez a sus padres con el propósito de cambiar en un futuro la imagen negativa que estos tienen sobre los búhos.
En Italia, donde los mochuelos europeos suelen asociarse a menudo con la muerte y son temidos y hostigados, el naturalista y escritor Marco Mastrorilli ha creado unas rutas o senderos respetuosos con los búhos, además de talleres y un festival.
Kefiloe Moutaung, gestor de un proyecto educativo en Sudáfrica argumenta que la gente se siente intimidada por las cosas que no conoce, y la mejor manera de acabar con eso es educar a la gente en el valor que poseen los búhos (1).
Conclusiones
Los búhos con su mirada fija y su presencia silenciosa, se han convertido en un símbolo omnipresente en todas las culturas a través del tiempo; a veces como representación del conocimiento, otras como guías espirituales a otros mundos, e incluso, como representantes de fuerzas oscuras que acechan en la noche.
Desgraciadamente, también representan tan solo una de las innumerables especies amenazadas por el humano: el principal depredador, el más cruel y violento tanto para los humanos como los no humanos; por su prepotencia, ignorancia y ambición desmedida está destruyendo el mundo de la vida en la tierra.
Retomando las palabras de Deborah Bird, especialista en humanidades ambientales (7):
“El hombre es el único animal que tortura sistemáticamente a miembros de su propia especie, así como a miembros de innumerables otras especies, y que se involucra en matanzas aparentemente interminables y a menudo salvajemente indiscriminadas. Precisamente, porque la crueldad humana tiende a desaparecer de nuestras conversaciones, quiero insistir en que persistamos en ella. Es algo terrible con lo que tener que permanecer demasiado tiempo, pero aquellos que sufren, ya sean humanos o más que humanos, no tienen otra opción. Tienen que permanecer en ello, porque lo están experimentando. Como mínimo, nosotros, que aún no hemos sido arrastrados al vórtice de la violencia, estamos llamados a reconocerla, nombrarla y resistirla; estamos llamados a dar testimonio y cuidado” (pp.G55-56).
Recomendaciones
Expertos en la atención de búhos heridos, recomiendan al público en general, que de encontrase alguno en estas condiciones, lo lleven a un centro de rehabilitación de aves silvestres; o bien, a un experto en aves, para su cuidado.
En cuanto a los búhos pequeños, los expertos señalan que somos enormes en comparación con un búho pequeño, explica Gail Buhl una de las principales autoridades en Estados Unidos en el entrenamiento de búhos cautivos rehabilitados (1):
“Y actuamos como depredadores. Nos gusta mirar a la gente y a otros animales directamente a los ojos. Clavamos la vista en ellos, como hacen los depredadores. Si miro fijamente a un búho, estoy actuando como un depredador. (Las lentes de las cámaras también son predatorias desde la perspectiva de un búho). Nos encaminamos directamente hacia los búhos. Eso también es una conducta predatoria…” (p.273).
Los búhos pequeños reaccionan ante esto con una angustia aguda conocida como respuesta de “lucha o fuga”. En el caso de muchos pájaros, la primera defensa es marcharse volando, pero en el caso de los búhos pequeños ´la respuesta de fuga es una respuesta de bloqueo porque para esconderse dependen del camuflaje- dice Buhl-. Piensan: “Si me quedo quieto, tú, el depredador (fotógrafo o entrenador) te marcharas porque yo sé que puedo camuflarme (p.274).
Otras indicaciones son las siguientes: Tratar de ayudar al búho a que se dé cuenta que no eres una amenaza, mediante el lenguaje corporal: no mirarlo fijamente, desviar la mirada, mantener el cuerpo en un ángulo de 45 grados con respecto al pájaro. No gritar o agitar el cuerpo para no asustarlo. No apuntar directamente la cámara para fotografiarlo.
Referencias
1. Ackerman, J. La Sabiduría de los búhos. Barcelona. Ed. Planeta. 2024.
2. Enríquez, P y Vázquez, J. Los Búhos de México, en: Los Búhos Neotropicales. Diversidad y conservación. Enríquez, P (Editora). El Colegio de la Frontera Sur, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. 2015.
3. El Búho de Atenea: La importancia del simbolismo de este animal sagrado en la Antigua Grecia. En: https://antiguagrecia.net/animales-y-naturaleza/buho-atenea-importancia-simbolismo-animal-sagrado-antigua-grecia/
4. Bostrom, P. Prehistoric owl imagery & myth worldwide. est. 35,000 to recent past. 2014. En: http://www.lithiccastinglab.com/gallery-pages/2014mayowlspage1.htm
5. Martínez, A. Entrevista: “Jennifer Ackerman, naturalista: Ojalá fuéramos como los búhos y escucháramos sin hacer tanto ruido”. El Diario.es.7 de abril de 2024.En:https://www.eldiario.es/sociedad/jennifer-ackerman-naturalista-ojala-fueramos-buhos-escucharamos-ruido_128_11226519.html
6. Guiedeavesadmin. Guías de aves. ¿Cómo se adaptan los búhos a su entorno? 2023. En: https://guiadeaves.com/como-se-adaptan-los-buhos-a-su-entorno/
7. Bird, D. Shimmer. When all you love is being trashed. En: Tsing, A, Swason, H, Gan, E, Bubandt,N (Eds). Arts of Living on a Damaged Planet. Ghosts of the Anthropocene. University of Minnesota, 2017.
Páginas consultadas
https://www.nationalgeographic.es/animales/2023/02/por-que-el-zoo-de-central-park-no-quiere-capturar-a-flaco-el-buho-real-fugado
https://www.allaboutbirds.org/guide/browse/taxonomy#
https://www.clevelandart.org/
https://culturainquieta.com/arte/fotografia/un-fotografo-descubre-a-un-buho-mimetizado-con-la-corteza-de-un-arbol
https://lalibelulamx.medium.com/buhos-lechuzas-y-tecolotes-de-mexico-8ed7a973e5ec
https://www.expertoanimal.com/el-buho-como-mascota-20566.html
https://www.didatticarte.it/Blog/?page_id=27493