“El Trastorno del Déficit de la Atención… 20 años después”
Por. Ana Silvia Figueroa-Duarte
10/09/19
Hace más de 20 años realizamos un trabajo de investigación en el cual señalamos el sobrediagnóstico de dicho trastorno en nuestra localidadi; posteriormente, en 2014 retomamos este problema, y observamos que lejos de disminuir su diagnóstico, seguía en aumentoii. Ahora, en 2019 nos deja petrificados ver que se está preparando a las maestras de preescolar para “identificar tempranamente” dicho trastorno en las aulas, y completar escalas de padres, que lo fundamenteniii.
¿Por qué nos preocupa y ocupa?
La infancia es una etapa que requiere que nos enfoquemos primordialmente en el desarrollo, no en los “déficits”; al centrarse en “los déficits de los niños”, dejamos de lado una serie de condiciones que quizá sean las verdaderas causantes de las “conductas problemáticas” que observamos en las y los niños; que van desde las mismas prácticas inadecuadas en la enseñanza-aprendizaje, dificultades en el entorno familiar, la visión medicalizada de los problemas de la infancia, etc. Y en general, los entornos de violencia que se ejercen sobre los niños y las niñas; para complejizar más dicho problema, inmersos en un ambiente de hiperviolencia, inseguridad y desigualdad que prevalece en nuestro país.
Nos asombró escuchar a las mismas maestras decir: “¡que se les está enseñando a “discriminar el problema y a sensibilizarlas en su identificación!”. Nos parece patético y muy lamentable que mientras en otros países incluso de América Latina, no digamos del primer mundo, se esté capacitando en nuevas pedagogías, más acorde a nuestros tiempos, en nuestro país continuemos con estas prácticas que en nada favorecen a las y los niños; y sí promueven que se perpetúen.
¿En quién recae la responsabilidad?
En este contexto, la responsabilidad recae (por supuesto que sin serlo), únicamente en los niños y niñas; quienes son los que están constantemente bajo evaluación, etiquetación, supervisión y medicación; sin cambiar en nada los ambientes que les rodean. Estamos de acuerdo en que se requiere crear mayor conciencia en las y los maestros, pero no en “identificar trastornos en las y los niños”, sino en las condiciones en las que viven las familias y cómo éstas les afectan desde antes de asistir a la escuela.
Reiteramos, que es indispensable un cambio de enfoque hacia el desarrollo de la infancia, pero no como “etapas fijas”, sino en una visión más completa hacia el desarrollo humano. Para ello, es necesario una transformación en la educación de las nuevas generaciones, tanto de las y los profesores, como de médicos, y de disciplinas afines que se encargan del cuidado de las y los niños. Es evidente que este problema no se resolverá sólo con un tratamiento médico; sino con acciones éticas y responsables dirigidas a mejorar los ambientes y las condiciones en donde nacen, crecen y viven las familias y sus hijos.
Para lo cual, es importante recordar a los gobiernos tanto nacionales como locales que deben incorporar ´la ciencia del desarrollo de la primera infancia´ en sus políticas públicas. Para finalizar, retomamos las recomendaciones establecidas en el Informe Final para la Comisión sobre los Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud. 2007iv:
“Las condiciones enriquecedoras de los entornos donde los niños crecen, viven y aprenden—padres, cuidadores, familia y comunidad—impactarán su desarrollo de modo significativo. En la mayoría de los casos, los padres y los cuidadores son incapaces de garantizar un entorno enriquecedor sin la ayuda de organizaciones locales, regionales, nacionales e internacionalesv. Proponemos formas en las que actores gubernamentales y de la sociedad civil, desde locales hasta internacionales, pueden trabajar en concierto con las familias con miras a asegurar el acceso equitativo a ambientes propicios y robustos para todos los niños y niñas del mundo”.
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i Figueroa-Duarte A S. Estudio Exploratorio del Trastorno del Déficit de la Atención-Hiperactividad en la Ciudad de Hermosillo, Sonora, 1994 y 1995. Tesis para obtener el grado de Maestra en Ciencias Sociales, en El Colegio de Sonora. Hermosillo: El Colegio de Sonora; 1996.
Asimismo, en Figueroa-Duarte A S. Estudio exploratorio del trastorno del déficit de la atención hiperactividad en la ciudad de Hermosillo, Sonora. En: Mercado, MFJ y Robles L (comp). Investigación cualitativa en salud. Perspectivas desde el Occidente de México. Guadalajara: Universidad de Guadalajara; 1998.
ii Figueroa-Duarte A S. y Campbell- Araujo O A. Determinantes Sociales de la Salud; su Relevancia en el Abordaje de los Problemas de Salud Mental Infantil. El caso del TDAH. Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2014; 31(2); 66-76.
iii Visto en un programa de TV, en cadena estatal (08/09/2019).
iv Informe Final, para la Comisión sobre los Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud. 2007. Titulado: Desarrollo de la Primera Infancia: Un Potente Ecualizador. Consultado en: https://www.who.int/social_determinants/publications/early_child_dev_ecdkn_es.pdf
iv El subrayado es nuestro.
Palabras clave: Trastorno del Déficit de la Atención; Medicalización de los problemas de la Infancia; Desarrollo de la primera infancia; Equidad; Determinantes sociales de la salud; Derechos del niño; La ciencia del Desarrollo de la Primera Infancia.