Me doy cuenta
de que siempre hago algo antes de
comenzar una sesión: me digo que soy suficiente.
No perfecta. Pero soy humana y eso es suficiente.
No hay nada que esta persona pueda decir o sentir
que yo misma no sienta… Puedo estar con ella,
compartir su angustia. Soy suficiente.
Rachel Naomí Remen