Si tú
y yo participamos del proceso curativo, es mi
dolor el que me permite comprender el tuyo. Sé lo
que es sufrir. Sé también que tu sufrimiento
puede
apartarte de los demás. Puedes sentirte perdido,
atemorizado, atrapado. Pero tú no eres el enfermo
y el débil. Estamos juntos, ambos capaces de sufrir,
ambos capaces de sanar.
Dra. Rachel Naomi Remen