Por. Ana Silvia Figueroa-Duarte
16/03/19

Como resultado de nuestra práctica e investigación en el ámbito de las Humanidades en Neuropediatría, y especialmente en nuestro trabajo postdoctoral, concluimos que es de vital importancia crear espacios para las y los niños que les permitan aprender a través de la exploración y el descubrimiento: explorar el arte a través de los sentidos, facilitando tiempo, espacio y materiales; convencidos de que en el inicio el proceso de creatividad es más importante que el producto. Al final se valora qué es lo que han aprendido a mirar, pensar, imaginar, crear, compartir, expresar.

Lo anterior, significa que diseñar un programa utilizando las artes y las actividades creativas, en donde se tomen en cuenta las necesidades e intereses de las y los niños les conduce a querer explorar y experimentar; ver y apreciar lo que pueden crear; canalizar emociones y sentimientos que generan nuevas formas de convivencia y respeto por él y ella; y los otros y las otras. Esta autoexpresión creativa refuerza su autoestima, y por lo tanto su deseo de aprender. Y al humanizar la vida de los niños y las niñas se contribuye a una educación integral.

Relevancia de las técnicas artísticas

Otro aspecto de relevancia, son las técnicas artísticas, que si bien representan formas de hacer cosas, también reflejan formas de pensar acerca de las cosas que se van a hacer. La adquisición de una técnica no es solamente un logro técnico; es un modo de pensar y como tal las características cambiantes en el trabajo de los niños y las niñas son el resultado de cambios en la forma en la cual piensan acerca de lo que hacen.

El cambio de un modo didáctico a uno estético o expresivo es una reflexión de los modos mentales que ellos y ellas emplean para definir los propósitos de sus trabajos. Los ajustes y las “correcciones” que hacen en su trabajo, son una reflexión de lo que han aprendido a ver y la distancia que existe entre lo que han hecho y lo que quieren hacer.

Realidad que impera en la actualidad

No obstante lo dicho anteriormente, hemos constatado que en la actualidad a una gran cantidad de niños y niñas no se les está dando la oportunidad de crear y/o reflexionar sobre lo que a ellos les preocupa o interesa. No se les da la oportunidad de expresarse libremente. No se les da el tiempo, el espacio y los recursos para jugar y crear. No tenemos un ambiente que reconozca, fomente, apoye el potencial creativo y crítico.

Por lo que requerimos de la creación de espacios que se enfoquen en su desarrollo integral; no en la evaluación y los tratamientos de los “déficits”. Que les permita comprender su propia creatividad y expresarse libremente en un ambiente de alegría y afecto. Actividades que estimulen a pensar creativa y críticamente, cuestionar, resolver problemas derivados de la propia situación en la que viven. Que promueva una visión de ellos mismos como activos participantes en sus familias y comunidades, y no como victimas pasivas.

Tareas pendientes de realizar

Para ello, es necesario instruir a los mismos padres y familiares sobre la importancia de dichas prácticas en el desarrollo integral de sus hijos e hijas. Recordemos los prejuicios tan arraigados que existen en nuestros países “en vías desarrollo”, en torno al arte como un adorno prescindible, o algo superfluo. Esto sólo podrá realizarse si primordialmente se lleva a cabo un gran esfuerzo para cambiar las creencias y prácticas de la comunidad, en torno a dicha condición, de nuestros países “en vías de desarrollo”.

Palabras clave: Humanidades en Neuropediatría; Evaluación y tratamiento de los déficits; Expresión creativa y crítica; Creatividad, proceso o resultado; Fomentar potencial creativo y crítico en los niños.