Los siguientes textos pretenden representar la voz del personaje Frankenstein, evocando la novela que lleva el mismo nombre, escrito por Mary W. Shelley, el cual se muestra en la pintura "Aprendiendo a Vivir". (Es una colaboración de Oscar Campbell).
Aquí estoy, conociendo la vida...
Los libros, son un cúmulo de ideas y experiencias
que me han hecho conocer el mundo
y conocerme a mí mismo.
Las palabras, eran vibraciones raras
que entraron por mis oídos, piel y huesos.
Y, ahora, yo las expreso por mi boca y mis manos.
En ellas, van mis ideas y sentimientos.
También mis manos, pasos, miradas, gestos…
y hasta los silencios, expresan mis sentimientos a
los cercanos a mí. Pero ninguna persona me ha comprendido,
me ha escuchado, o ha tenido la virtud de aceptarme como soy,
ni mucho menos brindarme su amor.
Si, soy un monstruo en mi exterior, pero un bello
ser humano
interior. ¡Sólo acepta conocerme!.
En el paso por la vida, voy poco a poco aprendiendo a vivirla.
Cada día cambio, acepto mis errores, intento no cometerlos más.
Y quiero darme todo, tal cual.
Así es como estoy aprendiendo a vivir... en el amor.
Los libros han sido mi única compañía
en este tiempo.
Uno en el cual por fin he tenido paz; aunque oculto
en este oscuro espacio…
Ellos tienen en la palabra, un mundo de ideas.
Entre ellas, secretos que al profundizar en ellos,
mágicamente dejan de serlo. Las experiencias que he
podido observar en esta familia , también me enseñan
de la vida.
Todo esto me hace captar con mayor amplitud lo vivido.
El lenguaje que he aprendido de ellos, lleva
palabras
que le dan intensidad a mis ideas y sentimientos. Constantemente
requiero de la reflexión: actividad fundamental de mi existencia
que me permite recapturar el conocimiento y engrandecer mis
sentimientos y compartirlos con los demás.
En lo exterior, mis rasgos pueden resultar repulsivos,
lo que me convierte en un monstruo, pero sólo en apariencia.
Otros gestos brotan de mí, y puedo sí, ser un monstruo, o
un ser
no muy bello, pero amigable. Esto es el mundo. Esto es la vida.
He aprendido que lo valioso de la vida se encuentra
en el interior de las personas. Y que el mayor tesoro es compartirla
con otros. Así, día a día voy aprendiendo a vivirla.